La batalla por el silicio se libra en silencio, pero sus efectos son globales. Mientras Estados Unidos endurece los controles de exportación y China responde con una política de soberanía tecnológica forzada, Europa corre el riesgo de convertirse en el gran espectador de una carrera que definirá la economía digital de las próximas décadas.
En agosto se confirmó un movimiento clave: China obligará a que al menos el 50 % de los chips utilizados en los centros de datos públicos sean de fabricación nacional a partir de 2025. La medida, que arrancó como una directriz local en Shanghái, se ha convertido en norma nacional. La orden busca acelerar la independencia del país en plena guerra de semiconductores, impulsar su ecosistema de inteligencia artificial (IA) y protegerse de futuros bloqueos tecnológicos.
La estrategia es clara: producir, aunque sea más caro y más difícil, pero producir en casa. Con ello, Pekín asume un sobrecoste financiero —con empresas como Empyrean Technology sacrificando beneficios en favor de inversión en I+D— pero a cambio gana control estratégico.
Europa, en cambio, pierde velocidad. El EU Chips Act se presentó como un salvavidas para alcanzar el 20 % de cuota mundial en 2030, pero mientras se discuten las ayudas y se proyectan fábricas que no estarán listas hasta finales de la década, China ya impone cuotas internas y Estados Unidos pone en marcha plantas de TSMC, Samsung e Intel en su territorio.
China obliga a usar chips locales: ¿qué significa?
- Cuotas obligatorias: todos los centros de datos públicos deberán superar el 50 % de uso de chips chinos.
- Resiliencia frente a vetos: se busca limitar la exposición a Nvidia, AMD o Micron, cuyo acceso está condicionado por las restricciones de Washington.
- Expansión masiva: entre 2023 y 2024 se anunciaron más de 500 nuevos proyectos de centros de datos en China, que integrarán hardware propio.
- Retos técnicos: migrar de CUDA (Nvidia) a CANN (Huawei) requiere talento y tiempo, pero casos como iFlytek o la colaboración SiliconFlow-Huawei demuestran avances.
En síntesis: China puede que aún no compita de tú a tú con Nvidia en entrenamiento de modelos masivos, pero sí está cerrando la brecha en inferencia y creando una demanda forzada que financia el aprendizaje de su industria.
El mapa mundial de fabricación de chips: 2020-2027
Europa es líder en equipos de litografía gracias a ASML, pero está lejos en fabricación avanzada de chips y en memorias HBM, esenciales para la IA. El riesgo es claro: tener la tecnología punta en maquinaria, pero depender de Taiwán, Corea y ahora también China para la producción masiva.
Región / País | Actores clave | 2020-2021 | 2022-2023 | 2025 (realidad visible) | 2026-2027 (proyección) |
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Taiwán | TSMC | 7-5 nm | 5-4 nm | 3-2 nm en producción | 2 nm a gran escala |
Corea del Sur | Samsung, SK hynix | 10-7 nm, DRAM | Avance en HBM | Liderazgo en HBM3e | HBM4 y stacking |
EE. UU. | Intel, Micron, TSMC AZ, Samsung TX | Nodos medios | Planes de onshoring | Primeras fábricas en marcha | Intel 18A, packaging avanzado |
China | SMIC, YMTC, Huawei | ≥ 28 nm | Avances pese a sanciones | Chips locales en centros de datos | Más maduro/medio + chiplets |
Europa | Intel Magdeburgo, TSMC Dresden (2027e), GlobalFoundries, Infineon | Foco en automoción | Anuncios bajo EU Chips Act | Escasez de producción avanzada | Fábricas en 12-16 nm; automoción y potencia |
Conclusión: Europa lidera en equipos de litografía (ASML) y en chips para automoción/potencia, pero no tiene aún una respuesta clara en chips para IA. China, en cambio, aunque con limitaciones, ya se asegura cuota interna obligatoria y prepara músculo industrial.
Europa, la gran ausente en la carrera del silicio
La paradoja es evidente: la Unión Europea promueve la transformación digital y la adopción de IA generativa, pero no asegura el control sobre el recurso más crítico: los chips avanzados. Mientras tanto:
- EE. UU. subsidia a Intel, TSMC y Samsung con decenas de miles de millones de dólares.
- China financia a SMIC, YMTC y Huawei con cuotas internas y enormes incentivos estatales.
- Europa discute burocracia: los proyectos de Intel en Alemania o TSMC en Dresde no estarán listos hasta finales de la década.
El riesgo es que Europa acabe comprando chips a precio premium mientras su mercado de IA depende del suministro externo, lo que compromete soberanía tecnológica y competitividad.
Cinco claves de lo que Europa debería hacer para no perder el tren
- Acelerar el Chips Act: menos burocracia y más ejecución directa en fábricas.
- Inversión en HBM y empaquetado avanzado, no solo en automoción.
- Apoyo a startups de diseño y software EDA europeos, como contrapeso a Synopsys, Cadence o Empyrean.
- Centros de datos europeos con cuotas de chips locales, imitando la política china, pero adaptada a la normativa de competencia.
- Estrategia común de energía y chips: vincular los proyectos de fusión, renovables y nuclear modular a la disponibilidad de cómputo.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Por qué China exige usar chips nacionales en sus centros de datos?
Porque busca independencia tecnológica frente a las sanciones de EE. UU. y porque quiere acelerar la maduración de su propia industria de semiconductores mediante la demanda interna garantizada.
¿Europa está perdiendo la carrera de los chips?
Sí, al menos en lo que respecta a IA y nodos avanzados. Europa mantiene liderazgo en litografía y en chips de potencia/automoción, pero carece de capacidad de producción avanzada y de memoria HBM, esenciales para entrenar y desplegar modelos de IA.
¿Pueden los chips chinos competir ya con Nvidia?
En inferencia comienzan a ser viables, como muestran proyectos con Huawei Ascend. En entrenamiento masivo, Nvidia sigue dominando gracias a CUDA y HBM, aunque la brecha se acorta.
¿Qué puede hacer Europa para no quedarse atrás?
Europa debería invertir masivamente en fábricas y memoria avanzada, apoyar el diseño y software propio y asegurar energía firme para los centros de datos. Si no lo hace, dependerá de importaciones en un mercado cada vez más estratégico y fragmentado.