Un pequeño archipiélago africano quiere jugar en la misma liga que las grandes plataformas tecnológicas. Cabo Verde, con algo más de 500.000 habitantes, ha decidido convertir su dominio de país, .cv, en una nueva capa global de identidad profesional pensada para la era de la inteligencia artificial.
El plan, impulsado junto al operador Ola.cv, apunta alto: ofrecer dominios personales gratuitos del tipo nombreapellido.cv y construir sobre ellos un protocolo abierto, anclado en DNS, que funcione como alternativa distribuida a LinkedIn. Un sistema de perfiles libre, portátil y propiedad del usuario, en lugar de quedar encerrados en una red social corporativa.
De la hazaña futbolística a la ambición digital
El punto de inflexión simbólico llegó cuando Cabo Verde se clasificó para el Mundial de 2026, algo impensable para muchos aficionados. Si podían desafiar a gigantes del fútbol africano, ¿por qué no intentar algo igual de ambicioso en el terreno digital?
La inspiración estaba cerca: el éxito del dominio .ai de Anguila, convertido en pieza clave del ecosistema de IA y en una importante fuente de ingresos para la isla. En Cabo Verde surgió la pregunta obvia: si .ai ha hecho de Anguila un actor global, ¿por qué .cv no podría hacer lo mismo con la identidad profesional?
En apenas un año, el registro de .cv ha pasado de unos 3.000 dominios a más de 25.000, pero la estrategia no se queda en vender nombres. El objetivo es transformar .cv en un protocolo de perfiles profesionales en abierto, diseñado desde cero para un mundo donde los CV ya no los leen solo personas, sino también sistemas de IA.
Perfiles fuera del muro corporativo
Durante casi dos décadas, LinkedIn ha sido el estándar de facto de la identidad profesional online. Pero su modelo —plataforma cerrada, orientada a publicidad y con fuertes límites de acceso vía API— encaja cada vez peor con un mercado laboral en el que:
- La IA genera candidaturas de forma masiva.
- Los reclutadores usan agentes y herramientas que no necesitan “loguearse” en una red social.
- Los perfiles son, cada vez más, datos de entrada para algoritmos, y no solo tarjetas de visita digitales.
En este contexto, el equipo de .cv propone algo distinto:
que el perfil profesional viva en la web abierta, en un dominio que controla el propio usuario, y no en una plataforma cuyos términos pueden cambiar en cualquier momento.
Un dominio .cv se convierte así en una especie de “casa propia” en la red:
no es una página dentro de un muro corporativo, ni un feed sujeto al capricho de un algoritmo, ni un perfil que desaparece si la empresa decide pivotar o cerrar el servicio.
DNS como capa de identidad (y no solo como sistema de nombres)
La apuesta técnica pasa por aprovechar una de las piezas más veteranas y robustas de internet: el DNS.
La idea de Cabo Verde y Ola.cv es utilizar el dominio .cv como base de un protocolo de identidad anclado en DNS, añadiendo campos y registros adicionales en las zonas del dominio. Entre ellos, se plantean:
- Registros TXT inmutables de tipo Web3.
- Metadatos estructurados pensados para motores de búsqueda y agentes de IA.
- Posibilidad de que terceros (edtech, plataformas de freelance, gobiernos, redes profesionales) emitan dominios en bloque para sus usuarios.
Con esta arquitectura, cualquier desarrollador podría construir servicios sobre .cv sin pedir permiso a nadie: desde buscadores de talento abiertos hasta capas de verificación de credenciales o pasarelas para agentes de IA.
El modelo económico es clásico en el mundo de los dominios:
si .cv se vuelve popular, el registro gana con nombres premium, cortos, de marca o palabras clave. Algo similar a lo que ya ocurre con .ai, que genera decenas de millones de dólares anuales para Anguila.
¿Por qué regalar dominios personales?
Podría parecer un contrasentido que, en vez de monetizar los nombres más deseados (nombreapellido.cv), se estén regalando a través de socios como hello.cv. Pero la lógica es clara: sin masa crítica, no hay protocolo.
- Un dominio nombreapellido.cv es la forma más directa y personal de identidad digital.
- Si millones de personas lo adoptan, el ecosistema se vuelve valioso para todos:
- Los desarrolladores tienen una superficie de identidad consistente.
- Los motores de búsqueda reciben perfiles limpios y estructurados.
- Los agentes de IA obtienen endpoints estables para consultar información profesional.
Plataformas como hello.cv ya están trabajando en plantillas de perfil optimizadas para “answer engines” y modelos de IA. Sus páginas están pensadas para posicionarse en búsquedas tipo “who is [nombre]” y para ser fácilmente consumidas por sistemas como ChatGPT, Perplexity o Gemini.
Además, la compañía prepara una capa de búsqueda abierta vía API y MCP, que podría convertirse en una alternativa pública al producto de reclutamiento de LinkedIn, tradicionalmente caro y fuertemente limitado en acceso.
Ventaja de llegar tarde: un TLD diseñado para la IA
La mayoría de extensiones de dominio se diseñaron mucho antes de que existiese la IA generativa, el JSON-LD o la obsesión actual por los datos estructurados. .cv, en cambio, nace en un contexto en el que:
- Los perfiles son objetos legibles por máquinas.
- La indexación semántica y los metadatos son clave.
- Los agentes de IA necesitan fuentes abiertas y sin rate limits agresivos.
Esto permite a Cabo Verde construir un registro moderno desde el principio:
con soporte nativo para nuevos tipos de registros, emisión masiva de dominios a través de socios y una visión de .cv como capa programable de identidad, no como un simple sufijo de URL.
Un mercado laboral dominado por la IA
La tesis de fondo es sencilla:
el mercado laboral se está volviendo IA-first:
- La IA redacta y optimiza currículos.
- Bots revisan candidaturas, filtran, priorizan y hacen preselecciones.
- Los algoritmos rastrean la web en busca de talento.
LinkedIn fue diseñado para “personas leyendo personas”.
El nuevo escenario es, en buena parte, máquinas leyendo perfiles preparados para máquinas.
En ese contexto, un protocolo abierto de identidad profesional —basado en dominios .cv y en DNS— tiene sentido:
- El profesional posee su perfil y puede moverlo entre plataformas.
- Las empresas pueden verificar información visitando una URL estable, sin depender de un walled garden.
- Las IAs pueden consumir datos sin chocar con muros de pago o APIs restringidas.
Cómo conseguir un dominio .cv
Hoy ya es posible solicitar un nombreapellido.cv gratuito a través de hello.cv, que funciona como plataforma de perfil profesional y generador de CV con IA basado en estos dominios.
Quien quiera algo más raro o corto puede adquirir dominios especiales por entre 10 y 100 dólares, y .cv está disponible también en registradores como Dynadot, Namecheap, NameSilo, Porkbun, Spaceship, Ola.cv y más de una veintena de proveedores.
Mientras tanto, desarrolladores, plataformas educativas, comunidades de freelance e incluso gobiernos están experimentando con emisión masiva de dominios para sus usuarios.
Una isla pequeña, una apuesta grande
Es pronto para saber si .cv logrará convertirse en la nueva “capa de identidad” del internet profesional. Pero el movimiento es significativo:
- desafía el dominio de las grandes plataformas en un terreno clave,
- propone un modelo abierto y portable en plena explosión de la IA,
- y demuestra que la próxima gran pieza de infraestructura digital puede nacer de un país pequeño… y de un simple código de país convertido en protocolo.
Si la apuesta sale bien, la pregunta “¿tienes LinkedIn?” podría empezar a convivir con otra:
“¿Cuál es tu .cv?”.