Cada septiembre, las familias españolas enfrentan uno de los desembolsos más significativos del año con la llegada de la vuelta al cole. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en 2024, el gasto medio por hijo alcanzó los 2.588 euros. Este gasto incluye uniformes, libros, material escolar y otros desembolsos asociados, todo ello en un entorno económico desafiante marcado por la inflación y la disminución del poder adquisitivo.

En este contexto, la plataforma de criptomonedas Criptan ha presentado un análisis llamativo que sugiere una alternativa: invertir el dinero destinado a estos gastos en Bitcoin. Según el estudio, si las familias hubieran invertido su presupuesto escolar de 2024 en la famosa criptomoneda, podrían haber enfrentado el regreso a clases de 2025 con un beneficio considerable.

El análisis indica que una inversión de 2.588 euros en Bitcoin en septiembre de 2024 habría alcanzado un valor de más de 4.110 euros en septiembre de 2025, lo que representa una ganancia de más de 1.522 euros. Este ingreso adicional podría cubrir el 64% del coste medio de la vuelta al cole de 2025, estimado en 2.390 euros por la OCU.

Este escenario subraya la notable revalorización de Bitcoin, que ha registrado cerca del 80% de incremento en solo un año. La criptomoneda pasó de cotizar alrededor de 60.300 dólares en septiembre de 2024 a aproximarse a 93.000 dólares en septiembre de este año. Esta evolución ha consolidado a Bitcoin como uno de los activos más rentables, reforzando su estatus como una opción de inversión a medio plazo y un posible refugio financiero para usuarios en todo el mundo.

Jorge Soriano, CEO y cofundador de Criptan, resalta la importancia de democratizar la inversión: «En Criptan creemos que invertir no debe ser solo cosa de expertos. Nuestra plataforma permite a cualquier usuario convertir decisiones cotidianas en oportunidades de crecimiento financiero. La clave está en anticiparse y diversificar. Si cada año invirtiéramos parte del presupuesto que destinamos a la vuelta al cole, podríamos transformar un gasto obligatorio en una oportunidad de ahorro real».

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