El nuevo “síndrome de caída”: ChatGPT se suma a la lista de servicios que generan ansiedad cuando dejan de funcionar

En los últimos años, las caídas de plataformas como WhatsApp, X (antes Twitter) o Instagram han provocado auténticas olas de nerviosismo entre millones de usuarios. Cada vez que uno de estos servicios deja de funcionar, las redes sociales se llenan de mensajes de pánico, bromas y memes sobre “el fin del mundo digital”. Sin embargo, algo ha cambiado: ahora, el nuevo foco de ansiedad global ya no es la mensajería instantánea ni las redes sociales, sino la inteligencia artificial.

La interrupción de ChatGPT a nivel mundial este martes ha demostrado cómo la dependencia de las herramientas de IA se ha instalado en el día a día de millones de personas. Desde las 11:00 de la mañana, usuarios de todo el mundo reportaron errores constantes al intentar acceder al popular chatbot de OpenAI, que ni siquiera respondía tras varios intentos. El colapso se reflejó rápidamente en foros y redes sociales, con comentarios que, hace solo unos años, solo se reservaban para caídas de WhatsApp o Instagram: nerviosismo, bromas colectivas y, sobre todo, una cierta sensación de vacío digital.

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La realidad es que, para muchos, que WhatsApp no funcione ya es casi secundario. Hoy, gran parte de la ansiedad digital viene de no poder consultar a la inteligencia artificial de cabecera, ya sea para tareas profesionales, resolver dudas, escribir textos o simplemente buscar inspiración. Si antes la preocupación era no poder enviar un mensaje o publicar una foto, ahora el problema es no poder continuar un proyecto, recibir ayuda con una traducción o encontrar ideas de contenido.

OpenAI ha reconocido la magnitud del incidente, que también ha afectado a su API y a otros servicios como el generador de vídeo Sora. Mientras trabajan en restablecer el servicio, muchos usuarios han probado todos los trucos clásicos: borrar la caché, cambiar de dispositivo, reiniciar la aplicación… pero la espera se ha hecho eterna para quienes ya no pueden vivir —o trabajar— sin su “IA de confianza”.

El episodio de hoy deja clara una nueva realidad: hemos trasladado nuestra ansiedad digital de las aplicaciones de mensajería y redes sociales a las plataformas de inteligencia artificial. El futuro ya está aquí, y sus caídas nos afectan tanto (o más) que las de WhatsApp o Instagram. Porque, al final, nuestra nueva dependencia es tener respuestas inmediatas… aunque hoy, la IA nos haya dejado en visto.

Fuente: Noticias Inteligencia Artificial

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