Google Translate ha sido durante más de una década el compañero lingüístico por excelencia para millones de personas. Desde estudiantes hasta viajeros y profesionales, su facilidad de uso y cobertura de más de 100 idiomas lo convirtieron en un referente. Sin embargo, cada vez son más los usuarios que se preguntan: ¿ha empezado a fallar más de lo habitual?
La sospecha no es infundada. Recientemente se ha detectado que al traducir la palabra skeleton al francés, el sistema ofrecía la forma incorrecta “las squelette”, una construcción que no existe en ese idioma. Lo correcto sería “le squelette”, ya que es un sustantivo masculino. Este tipo de errores gramaticales, aunque anecdóticos a simple vista, pueden poner en evidencia fallos estructurales en los modelos multilingües de la herramienta.
Cuando los traductores automáticos se equivocan… y mucho
El caso de “las squelette” no es aislado. Otros ejemplos similares se han documentado, como:
- Traducir “hachoir” (picadora en francés) como “helicóptero” al pasar del francés al español. Esto ocurre porque el sistema primero lo traduce como “chopper” en inglés (que puede significar ambas cosas) y luego lo interpreta como “helicóptero”, ignorando el contexto culinario original.
- En alemán, al traducir “Ich bin heiß” como “I am hot” en inglés, se omite que esta expresión puede entenderse con connotaciones sexuales, cuando la intención en alemán podría ser simplemente “tengo calor”.
- En vietnamita o coreano, el uso incorrecto de pronombres según el grado de formalidad o jerarquía puede alterar por completo el significado de una frase. Google Translate suele traducir sin matices, omitiendo ese componente social esencial.

Estos errores demuestran que, aunque la inteligencia artificial ha avanzado enormemente, aún lucha por captar el contexto cultural, el tono, y las sutilezas gramaticales.
¿Qué está fallando?
El problema principal reside en cómo funcionan los modelos multilingües de redes neuronales. Aunque han sustituido a los antiguos sistemas de reglas y diccionarios, estos modelos aprenden por estadísticas y pueden ser víctimas de corpus mal etiquetados o traducciones erróneas presentes en la web. A veces, los sistemas pasan primero por el inglés como idioma intermedio, introduciendo errores que se arrastran a la traducción final.
Además, la personalización de resultados basada en región, historial de navegación o A/B testing de modelos puede hacer que una misma palabra genere resultados distintos para diferentes usuarios.
Las mejores alternativas a Google Translate en 2025
Afortunadamente, el mercado de la traducción automática ha madurado y existen varias alternativas con enfoques diferentes y mejor contextualización para frases largas o documentos técnicos.
Herramienta | Ventajas | Limitaciones | Ideal para… |
---|---|---|---|
Google Translate | Rápido, gratuito, excelente cobertura de idiomas | Fallos de contexto, ambigüedad, errores gramaticales | Traducciones rápidas, palabras sueltas |
DeepL Translator | Traducciones más naturales, gran capacidad de contexto, interfaz limpia | Menor cobertura idiomática, modelo Pro de pago | Documentos, correos formales, textos largos |
Reverso Context | Ejemplos en contexto real, útil para expresiones idiomáticas | Traducciones algo lentas, UX menos intuitiva | Aprender frases con contexto real |
Linguee | Corpus fiable con traducciones profesionales, ideal para terminología técnica | No traduce textos completos | Traducción jurídica, técnica o empresarial |
WordReference | Diccionario colaborativo, foros activos, conjugación de verbos | No traduce textos, centrado en consulta puntual | Estudiantes y traductores intermedios |
La voz de los expertos: traducción, IA y responsabilidad
La discusión sobre estos errores no es sólo técnica, también es pedagógica. Muchos docentes alertan sobre el uso indiscriminado de traductores automáticos sin criterio lingüístico.
“No se trata de demonizar a Google Translate”, explica David Carrero, cofundador de la empresa de infraestructura cloud Stackscale (Grupo Aire) e inversor en proyecto de tecnología como Color Vivo o Genial.ly. “Pero si estás aprendiendo un idioma o traduciendo contenido profesional, necesitas algo más robusto. Por eso es clave combinar estas herramientas con diccionarios, gramáticas y contacto real con el idioma”.
Recomendaciones prácticas
Para evitar depender ciegamente de la IA, se recomienda:
- Verificar siempre con una segunda fuente, especialmente en textos técnicos o académicos.
- Evitar traducir palabra por palabra, ya que muchas expresiones pierden el sentido original.
- Combinar herramientas: por ejemplo, usar Google Translate para una idea general, y luego refinar con DeepL o WordReference.
- Aprender del error: cada fallo del sistema puede ser una oportunidad de entender mejor las sutilezas del idioma.
Conclusión: traducir bien sigue siendo una habilidad humana
La traducción automática es una herramienta poderosa, pero no reemplaza el juicio lingüístico ni la experiencia cultural. En un mundo cada vez más multilingüe, entender los límites de estas plataformas es tan importante como aprovechar sus fortalezas.
A medida que la inteligencia artificial avanza, es imprescindible que como usuarios sepamos cuándo usarla, cuándo corregirla… y cuándo dejar que un humano haga el trabajo.