Con la llegada de noviembre, comienza la cuenta atrás para la Navidad. Y con ella, uno de los eventos comerciales más potentes del calendario: el Black Friday, que este año se celebrará el viernes 28 de noviembre de 2025, seguido del Cyber Monday el lunes 1 de diciembre. Pero no todo lo que brilla son descuentos: el fenómeno tiene también un lado oscuro que no todos quieren ver.
¿Qué es el Black Friday?
El Black Friday —o “viernes negro”— es una tradición importada desde Estados Unidos, que se celebra el día después de Acción de Gracias. Su objetivo original era inaugurar la temporada de compras navideñas con rebajas llamativas, muchas veces agresivas, tanto en tiendas físicas como online.
El Cyber Monday, que se celebra el lunes siguiente, nació como una extensión orientada al comercio electrónico, sobre todo en tecnología y productos digitales. Pero con el paso de los años, ambas fechas han acabado diluyéndose en semanas enteras de promociones y campañas anticipadas.
El lado oscuro del Black Friday
Lo que empezó como una oportunidad para adelantar compras navideñas con precios reducidos, ha evolucionado hacia un fenómeno de consumo masivo con consecuencias profundas. Estas son algunas de sus caras más controvertidas:
1. Fomento del consumismo y compras impulsivas
El Black Friday alimenta un estilo de vida consumista basado en la necesidad inmediata y la compra por impulso. Muchas de las adquisiciones de estas fechas no responden a una necesidad real, sino a la presión de no “perder una gran oferta”.
2. Impacto ambiental por el exceso de residuos
El volumen de pedidos —especialmente online— genera un aumento desmedido de embalajes, emisiones por transporte urgente y residuos. Este modelo intensivo de consumo contribuye negativamente a la crisis climática, justo cuando se reclama una mayor responsabilidad ambiental por parte de ciudadanos y empresas.
3. Empleo precario y temporal
El pico de demanda obliga a muchas empresas a reforzar su plantilla con contratos temporales. Aunque genera empleo, este suele ser precario, mal pagado y con condiciones intensas, centrado exclusivamente en las semanas de campaña. Muchos trabajadores denuncian jornadas maratonianas, falta de descansos y presión por objetivos.
4. Descuentos engañosos
Numerosas marcas han sido acusadas de inflar precios semanas antes del Black Friday, para luego ofrecer supuestos “descuentos” que en realidad no lo son. Este tipo de prácticas opacas afecta a la confianza del consumidor y ha motivado la intervención de organismos de control de precios en países como Francia, Italia o España.
5. Asfixia al pequeño comercio
Mientras grandes plataformas como Amazon o gigantes del retail pueden ofrecer descuentos agresivos gracias a su volumen, los pequeños comercios no pueden competir sin sacrificar márgenes insostenibles. Esto genera una brecha cada vez mayor en el ecosistema comercial y pone en peligro la viabilidad del comercio local.
Crecen las campañas Anti-Black Friday
Como contrapeso a esta tendencia, cada vez más marcas y colectivos promueven iniciativas alternativas al consumo masivo.
Marcas como Patagonia, Ecoalf, Alohas o incluso Correos han impulsado campañas de concienciación bajo el lema “No compres, repara” o “Compra con propósito”. Otras han creado sus propias fechas simbólicas como el Green Friday o el Giving Tuesday, enfocadas en la sostenibilidad o la solidaridad.
Estas estrategias no solo responden a principios éticos, sino que también permiten reforzar la identidad de marca y conectar con consumidores más críticos y comprometidos.
¿Cómo actuar como empresa o consumidor?
No se trata de demonizar el Black Friday, sino de actuar con coherencia y responsabilidad:
- Si eres una marca, asegúrate de ofrecer descuentos reales, sin inflar precios previos.
- Revisa tu logística para minimizar la huella ecológica.
- Considera donar parte de los beneficios a causas sociales.
- Explora narrativas alternativas: el consumo consciente también puede generar fidelidad.
Y si eres consumidor, pregúntate antes de comprar: ¿realmente lo necesito? ¿Puedo conseguirlo de segunda mano? ¿Estoy apoyando a una empresa que comparte mis valores?
Conclusión
El Black Friday de 2025 será, como cada año, un fenómeno mediático y comercial global. Pero también es una oportunidad para reflexionar sobre nuestro papel como consumidores o marcas en un mundo que necesita cada vez más decisiones conscientes.
El consumo no es malo por sí mismo. Lo que está en juego es cómo y por qué consumimos. Y si el precio más bajo lo paga el planeta o las personas, quizá no sea tan buen negocio.