En un reciente foro organizado por AI-Network, líderes empresariales y expertos en inteligencia artificial discutieron el futuro de los agentes autónomos en el entorno corporativo, señalando que podrían pasar entre cinco y diez años antes de que estas tecnologías alcancen una madurez plena en las empresas. Durante el evento, más del 80% de los participantes subrayaron la importancia crucial de la formación y el reskilling para implementar con éxito estos agentes.
Las sesiones iniciales, lideradas por representantes de NFQ y BIP Spain, ofrecieron una visión tanto actual como prospectiva sobre el papel de la inteligencia artificial en los negocios. Ángel Galán, de BIP Spain, mencionó que aunque las organizaciones ya están utilizando agentes de IA para procesos básicos, su potencial completo aún no se ha descubierto. Galán enfatizó la necesidad de elegir los agentes correctos para cada contexto, no solo por seguir tendencias, sino para aportar verdadero valor al negocio.
Por su parte, Santiago Castro, de NFQ, desmintió algunos mitos sobre la autonomía de los agentes, destacando la importancia de integrarlos efectivamente en los procesos corporativos existentes. Afirmó que la mera implementación de nueva tecnología no es suficiente; es fundamental crear un entorno donde los agentes se conviertan en aliados en la toma de decisiones y la optimización de procesos.
A pesar del optimismo, se reconoció que muchas empresas aún se encuentran en etapas experimentales sin haber escalado soluciones efectivas. Los principales obstáculos señalados incluyeron la complejidad de los sistemas corporativos y una desconfianza subyacente hacia la autonomía de la IA. Tomás Martínez Bueno, presidente de AI-Network, admitió la reticencia a delegar decisiones críticas en estas tecnologías, pero insistió en la necesidad de dotar a los empleados del conocimiento necesario para colaborar eficazmente con ellas.
El foro también destacó la relevancia de programas de formación que preparen a los equipos para un entorno futuro donde los agentes de IA no solo incrementen la productividad, sino que también colaboren en la gestión de tareas repetitivas y decisiones estratégicas. Además, se discutió la importancia de una gobernanza adecuada, alineando la tecnología con los objetivos estratégicos de las organizaciones. Más allá de las capacidades tecnológicas, el cambio cultural y la voluntad de adaptarse se consideraron esenciales para explotar plenamente el potencial de la IA.
Los participantes resaltaron la necesidad de un marco legal y regulatorio claro, como el AI Act europeo, para guiar una implementación responsable y ética de estos agentes. Aunque las expectativas sobre el futuro son optimistas, también se hizo un llamado a la acción. En cinco a diez años, se espera que las organizaciones hayan superado los desafíos actuales y logren una implementación significativa de estas tecnologías como verdaderos orquestadores de procesos.
El evento concluyó con un mensaje firme sobre la importancia de construir una base sólida, integrar estratégicamente a los agentes y acompañar estos cambios con una cultura de confianza y formación continua en tecnología.