OpenAI vuelve a situar sobre la mesa una idea que hasta hace poco sonaba casi tabú en el universo de los chatbots: integrar publicidad dentro de ChatGPT. Según una información publicada por The Information y recogida por otros medios, dentro de la compañía se estaría debatiendo cómo “hornear” anuncios en la experiencia del asistente sin limitarse a copiar el formato clásico de los buscadores o las redes sociales.

El punto más delicado de esas conversaciones internas sería, precisamente, el más sensible para los usuarios: la posibilidad de dar tratamiento preferente a contenido patrocinado dentro de las propias respuestas del modelo, o bien mostrar anuncios contextuales en un formato menos invasivo, como una barra lateral asociada a la consulta.

De “sin anuncios” a “monetización indirecta” sin romper la confianza

El debate no es solo técnico: es de confianza. ChatGPT no es un feed social donde el usuario asume que hay promociones; es una herramienta de consulta que muchos utilizan como si fuera un “cerebro externo” para trabajar, estudiar o tomar decisiones. Y ahí aparece el riesgo: si el usuario sospecha que la respuesta “más útil” no es la que se muestra primero, sino la que más conviene comercialmente, el valor del producto se resiente.

En esa línea, el responsable de ChatGPT, Nick Turley, ya había dejado la puerta abierta a algún tipo de monetización indirecta en el futuro, pero insistando en que, si llegaran anuncios, tendrían que ser “cuidadosos” y “deliberados” para no meter “otro stakeholder en medio” entre el usuario y la mejor respuesta posible.

La pista que encendió las alarmas: promociones “con sabor a anuncio”

A este debate se suma un antecedente reciente: OpenAI tuvo que desactivar mensajes promocionales de apps dentro de ChatGPT tras las quejas de usuarios que los percibían como publicidad encubierta. La compañía reconoció que esa implementación “se quedó corta” respecto a lo esperado.

Aunque aquello no era un sistema de anuncios al uso, sí funcionó como prueba de algo importante: cualquier señal de “promoción” dentro del chat se interpreta rápidamente como una interferencia en la neutralidad del asistente.

¿Por qué ahora? El modelo económico detrás del “chat”

El interés por la publicidad encaja con una realidad simple: operar modelos avanzados cuesta mucho dinero, y la presión por monetizar crece a medida que ChatGPT se convierte en herramienta diaria para cientos de millones de personas. Hasta ahora, OpenAI ha apostado por suscripciones (con planes que suben en precio según capacidades), y por acuerdos empresariales. Pero la publicidad sigue siendo el gran motor financiero de Internet.

Para hacerse una idea del tamaño de esa palanca, Alphabet (Google) ingresó alrededor de 237.850 millones de dólares por publicidad en 2023, cerca del 77% de su facturación total, según cifras citadas por Reuters. Ese tipo de escala explica por qué, tarde o temprano, casi cualquier plataforma masiva termina planteándose anuncios.

El punto crítico: personalización y privacidad

La discusión tiene otra capa especialmente sensible: la personalización. Una de las ventajas competitivas de un asistente conversacional es que “conoce” el contexto de lo que el usuario pregunta, cómo lo pregunta y qué objetivos persigue en una conversación larga. Eso puede mejorar la ayuda… o puede convertirse en un sistema de segmentación publicitaria más fino que el de la web tradicional.

En las informaciones publicadas, se menciona que OpenAI podría usar datos históricos de chat para mostrar publicidad especialmente relevante, lo que inevitablemente abre preguntas sobre privacidad, límites de uso y transparencia.

Qué podría cambiar (y qué no) si llegan anuncios

Si OpenAI avanza con la publicidad, el impacto real dependerá de cómo se implemente:

  • Formato “separado” (barra lateral o módulo aparte): más parecido a un buscador; reduce la sospecha de que la respuesta fue “comprada”.
  • Publicidad dentro de la respuesta o priorización de patrocinados: el más rentable… y el más corrosivo para la confianza.
  • Solo en intención comercial (compras, reservas, comparativas): un enfoque “por contexto” que puede sonar razonable, pero exige reglas claras para no expandirse a todo.

De momento, no hay un anuncio oficial de lanzamiento global. Lo que hay es una señal de época: la IA conversacional empieza a parecerse, también, a un nuevo campo de batalla publicitario.

Fuente: Publicidad en ChatGPT

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