La batalla por el control de Warner Bros. Discovery (WBD) ha dejado de ser una operación corporativa más para convertirse en un pulso que puede redefinir el mapa global del entretenimiento. Netflix había cantado victoria el viernes tras acordar la compra de los activos de cine, televisión y streaming de WBD, pero apenas tres días después Paramount Skydance ha movido ficha con una OPA hostil de 108.400 millones de dólares por toda la compañía, incluyendo también las cadenas lineales.
El movimiento abre un nuevo capítulo en una guerra corporativa sin precedentes en Hollywood y deja en el aire una pregunta evidente: ¿pueden aparecer más candidatos, como Apple, para intentar hacerse con uno de los catálogos más valiosos del mundo?
Dos ofertas muy distintas: precio, estructura y reguladores
Según la documentación conocida, la propuesta de Paramount Skydance ofrece 30 dólares por acción, en efectivo y por el 100 % de Warner Bros. Discovery, sin separar negocios: estudios de cine, televisión, plataforma Max y redes lineales. Frente a ello, el acuerdo de Netflix se estructuraba en torno a unos 72.000 millones de dólares en valor de equity por los activos de cine, TV y streaming, dejando fuera las cadenas tradicionales y combinando efectivo y acciones.
Más allá de la diferencia de precio, la clave está en la estructura:
- Paramount Skydance
- Oferta en metálico, sin pago en acciones.
- Compra la compañía completa, incluyendo canales lineales.
- Promete un cierre de la operación en unos 12 meses, argumentando un camino regulatorio “más claro” al no fusionar dos grandes plataformas de streaming globales.
- Netflix
- Oferta menor por acción y parcialmente en acciones de Netflix.
- Solo absorbe los activos de estudios y streaming, dejando las redes lineales bajo otra estructura.
- Plantea una integración muy profunda en el ecosistema de Netflix, reforzando su posición como gigante del streaming.
El consejo de Warner Bros. Discovery ha confirmado que evaluará la contraoferta de Paramount, lo que obliga a revisar el acuerdo preliminar con Netflix y, en la práctica, deja la operación abierta de nuevo.
Mientras tanto, el mercado ya ha reaccionado: las acciones de WBD llegaron a subir en torno a un 4 %, Paramount Skydance avanzó alrededor de un 9 % y Netflix cayó más de un 3 %, reflejando la incertidumbre sobre si se verá forzada a mejorar su propuesta o retirarse.
Un rompecabezas para los reguladores antimonopolio
Sea cual sea el comprador final, la operación se enfrentará a un escrutinio intenso por parte del Departamento de Justicia de EE. UU. y otros reguladores internacionales.
Con Netflix, el debate se centra en la posible concentración excesiva en plataformas de streaming: unir uno de los mayores catálogos de Hollywood con el líder mundial de vídeo bajo demanda podría interpretarse como un paso hacia una posición casi dominante en determinados segmentos del mercado.
Con Paramount Skydance, las alertas se trasladan al ecosistema de la televisión tradicional y el deporte: analistas apuntan a la preocupación en Washington por un grupo que concentraría una parte muy relevante de los canales generalistas, infantiles y deportivos, con capacidad para presionar a distribuidores y anunciantes.
En cualquier caso, los reguladores llevan años advirtiendo del riesgo de concentrar demasiado poder mediático en pocas manos. Y este acuerdo, sea con Netflix o con Paramount Skydance, encaja perfectamente en ese patrón de riesgo.
¿Puede Apple entrar en la puja por Warner Bros. Discovery?
La gran pregunta es si otros gigantes podrían sumarse al baile. El nombre de Apple aparece de forma recurrente en los debates de analistas y foros financieros cada vez que se pone en venta un gran activo audiovisual global.
¿Tiene sentido estratégico para Apple?
Sí, en más de un sentido:
- Apple TV+ sigue siendo un jugador relevante pero aún pequeño si se compara con Netflix o Disney+. Absorber Warner Bros. Discovery daría acceso inmediato a franquicias como Harry Potter, DC, Juego de Tronos o el catálogo de HBO, un salto de escala brutal para cualquier servicio de streaming.
- El catálogo reforzaría todo el ecosistema Apple: más valor para los bundles de servicios, más atractivo para el hardware y más capacidad para competir por tiempo de pantalla.
- Apple dispone de una de las posiciones de caja más sólidas del sector tecnológico, lo que le permite, en teoría, abordar operaciones de gran tamaño sin poner en riesgo su balance.
¿Qué frenos tendría Apple?
- Regulatorios: Apple ya está bajo presión de autoridades antimonopolio en EE. UU. y la Unión Europea por su control del ecosistema móvil, la App Store y los servicios. Lanzarse a comprar un gigante mediático de esta magnitud podría encender aún más las alarmas en Bruselas y Washington.
- Cultura corporativa: históricamente Apple ha preferido acuerdos de producción, licencias y compras selectivas, no megaadquisiciones de decenas de miles de millones en sectores muy regulados.
- Perfil del activo: Warner Bros. Discovery arrastra un nivel de endeudamiento elevado y un legado complejo de canales lineales y operaciones internacionales. No es un “activo limpio” de puro streaming que Apple pueda integrar de forma sencilla en su modelo.
A día de hoy no hay ninguna información pública que indique que Apple, Amazon, Comcast u otros estén preparando una oferta formal adicional. Lo que sí señalan analistas es que la disputa entre Netflix y Paramount Skydance demuestra que el activo es lo suficientemente atractivo como para despertar interés en otros grandes actores… si el precio y las condiciones regulatorias lo permiten.
En otras palabras: es posible que aparezcan más pretendientes, pero por ahora solo Netflix y Paramount Skydance están sobre el tablero.
Qué se juega Hollywood… y los usuarios
Si finalmente Paramount Skydance se impone, nacería un nuevo conglomerado mediático con estudios, streaming y televisión tradicional bajo el mismo paraguas, con una lógica de integración más “clásica” de Hollywood.
Si, por el contrario, Netflix logra mantener su acuerdo, el resultado sería una reorganización radicalmente centrada en lo digital: un líder del streaming con un catálogo y una capacidad de producción que podría redefinir la competencia, forzando a rivales como Disney, Amazon o Apple a reaccionar.
Para el usuario final, el impacto se notará en:
- Dónde están disponibles las grandes franquicias (¿Max, Netflix o una nueva plataforma combinada?).
- Cómo se estructuran los precios y los paquetes de suscripción.
- Qué papel seguirán jugando las cadenas de televisión lineal frente a la migración al streaming.
Lo único claro por ahora es que la historia está lejos de terminar. Como apuntan algunos analistas, “la adquisición de Warner Bros. Discovery está muy lejos de haber concluido; habrá giros y vueltas antes de cruzar la meta”.
Preguntas frecuentes sobre la batalla por Warner Bros. Discovery
¿Qué pasará ahora con el acuerdo entre Netflix y Warner Bros. Discovery?
El consejo de WBD está obligado a analizar la oferta de Paramount Skydance por deber fiduciario hacia sus accionistas. Mientras tanto, el acuerdo con Netflix sigue vigente de forma provisional, pero puede verse revisado si la nueva propuesta se considera “superior” en valor y certidumbre de cierre.
¿Por qué Paramount Skydance cree que su oferta tiene más posibilidades regulatorias?
Porque plantea una compra completa con una única estructura y sin fusionar dos plataformas de streaming globales. La compañía argumenta que esto simplifica el análisis antimonopolio, aunque los reguladores también podrían ver riesgos en la concentración de canales lineales y derechos deportivos.
¿Es realista pensar que Apple u otras Big Tech entren en la puja?
Es posible, pero hoy por hoy es solo especulación. Apple tiene caja y encaje estratégico, pero también fuertes presiones regulatorias y una cultura de adquisiciones conservadora. Amazon, Comcast u otros grupos podrían estudiar la operación, pero no han anunciado ningún movimiento.
¿Cómo puede afectar esta operación al mercado del streaming y a los precios de las suscripciones?
La integración de WBD en un gran grupo (sea Netflix, Paramount u otro) reforzará la concentración del sector. Eso puede traducirse en menos plataformas con más catálogo cada una, pero también en una mayor presión al alza sobre los precios y en posibles reordenaciones de contenidos entre servicios.