El ransomware lleva más de 15 años evolucionando y, hoy, es uno de los mayores peligros que existen en el mundo digital. Aunque para muchos este término pueda sonar lejano o demasiado técnico, en realidad puede afectar a cualquiera: desde grandes empresas y hospitales hasta pymes, ayuntamientos y, por supuesto, usuarios particulares.

¿Qué es el ransomware?

El ransomware es un tipo de programa malicioso (malware) que bloquea el acceso a los archivos de un ordenador, tablet o móvil, y pide un rescate económico a cambio de devolver ese acceso. Imagina que un día enciendes tu ordenador y todos tus documentos, fotos o proyectos han sido “secuestrados”, y aparece un mensaje que exige dinero —habitualmente en criptomonedas— para recuperarlos. Ese es el modo de operar clásico del ransomware.

El primer caso conocido data de 1989, pero fue a partir de 2013 cuando este fenómeno se disparó. Desde entonces, no ha dejado de crecer y perfeccionarse, afectando a millones de usuarios y organizaciones en todo el mundo.

¿Por qué es tan peligroso?

  • Afecta a todos: Empresas, hospitales, colegios y ciudadanos de a pie han sido víctimas. En ocasiones, el ataque puede paralizar servicios esenciales durante días o semanas, como sucedió en hospitales públicos de Reino Unido o en empresas energéticas de Estados Unidos.
  • Las consecuencias económicas y personales pueden ser graves: Pérdida de documentos familiares, fotos, información personal o de trabajo, además de importantes pérdidas económicas para empresas y particulares.
  • Cada vez es más sofisticado: Los ciberdelincuentes diseñan campañas específicas, aprovechan vulnerabilidades, y pueden extorsionar también amenazando con difundir la información robada.

¿Cómo funciona un ataque de ransomware?

El ransomware suele llegar por:

  • Correos electrónicos falsos (phishing): Suplantan a empresas conocidas y, si se pincha en un enlace o archivo adjunto, se instala el virus.
  • Descargas desde páginas no seguras: Programas, juegos o documentos piratas que en realidad contienen el malware.
  • Vulnerabilidades en el sistema: Si tu sistema operativo, navegador o programas no están actualizados, pueden servir como puerta de entrada.

Una vez dentro, el ransomware cifra (bloquea) los archivos y muestra una nota de rescate. A menudo, dan un plazo corto para pagar, amenazando con borrar o publicar los datos si no se realiza el pago.

¿Cómo protegerse del ransomware?

Aunque nadie puede estar 100% a salvo, sí hay medidas muy efectivas para protegerse:

  1. Mantén copias de seguridad: Haz copias regulares de tus archivos importantes en dispositivos externos o en la nube. Así, aunque pierdas el acceso al equipo, no perderás tu información.
  2. Actualiza tus dispositivos y programas: Las actualizaciones suelen corregir fallos de seguridad. Es fundamental aplicarlas lo antes posible.
  3. Desconfía de correos sospechosos: Si recibes un email inesperado, aunque parezca de confianza, no abras enlaces ni archivos adjuntos sin asegurarte primero de que es legítimo.
  4. Utiliza un buen antivirus y firewall: Un software de seguridad actualizado puede detectar y bloquear la mayoría de estos ataques.
  5. No descargues archivos de páginas dudosas o piratas: Es una de las vías más frecuentes de infección.
  6. No pagues el rescate: Pagar no garantiza recuperar los archivos y, además, financia a los delincuentes para futuros ataques.

¿Qué hacer si has sido víctima de ransomware?

  • Desconecta tu dispositivo de Internet para evitar que el virus se propague a otros equipos.
  • No pagues el rescate (aunque puede ser tentador).
  • Consulta a un especialista en ciberseguridad y denuncia el caso a las autoridades (en España, a la Policía Nacional, Guardia Civil o INCIBE).
  • Revisa si existe una herramienta de descifrado: En ocasiones, los expertos logran crear programas para recuperar archivos afectados por ransomware conocido (consulta sitios como nomoreransom.org).

¿Por qué sigue creciendo el ransomware?

El ransomware lleva más de 15 años en auge porque es muy rentable para los ciberdelincuentes y, en muchos casos, difícil de perseguir a nivel internacional. Además, la digitalización masiva, el auge del teletrabajo y la falta de cultura de ciberseguridad facilitan el trabajo a los atacantes.

Según informes recientes, en 2023 se batieron récords de ataques y rescates pagados, superando los mil millones de dólares a nivel global. Los expertos aseguran que el fenómeno no hará más que crecer en los próximos años, afectando tanto a empresas como a ciudadanos particulares.


El ransomware es, desde hace más de una década, la cúspide del cibercrimen digital. Todos estamos expuestos, pero siguiendo buenas prácticas de seguridad y estando alerta, es posible reducir al máximo el riesgo y proteger nuestra información más valiosa. La clave está en la prevención y la educación digital, tanto en el hogar como en la empresa.

Fuente: Noticias ciberseguridad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo último