El Reino Unido atraviesa una de las sequías más graves desde 1976. La Environment Agency ha declarado la situación como un “incidente de importancia nacional” tras registrar seis meses consecutivos con lluvias por debajo de la media, y cinco regiones oficialmente en sequía. Ante este panorama, el Gobierno ha difundido un listado de consejos para reducir el consumo doméstico de agua.
La mayoría de ellos son clásicos y con base científica: instalar depósitos de recogida de lluvia (rain butts), reparar fugas domésticas, reutilizar el agua de la cocina para regar plantas, reducir el tiempo de ducha o no regar el césped. Sin embargo, uno de los puntos ha generado confusión e incluso críticas desde el sector tecnológico: “borrar correos electrónicos y fotos antiguas”.
El argumento oficial: centros de datos y consumo hídrico
Según el comunicado, los centros de datos requieren grandes volúmenes de agua para refrigerar sus sistemas, especialmente cuando emplean refrigeración evaporativa. En teoría, liberar espacio de almacenamiento reduciría la necesidad de operar y enfriar estos sistemas, contribuyendo al ahorro de agua.
Pero los especialistas señalan que esta relación es, en la práctica, mínima o inexistente:
- El almacenamiento inactivo genera un calor muy reducido, y muchas unidades entran en modo de bajo consumo (spin-down) cuando no están en uso.
- El consumo de agua está mucho más ligado a la refrigeración por computación activa (procesamiento de CPU/GPU) que al mantenimiento de datos estáticos.
- El borrado masivo de archivos puede implicar más operaciones de lectura/escritura y procesamiento que, paradójicamente, incrementen el uso de energía y, en algunos casos, de agua.
- No todos los centros de datos emplean refrigeración evaporativa; muchos en el Reino Unido usan free cooling por aire exterior, que no consume agua.
El resto de medidas oficiales para el ahorro doméstico de agua
Además de la polémica recomendación digital, el Gobierno británico propone medidas de impacto real y comprobado, entre ellas:
- Instalar depósitos de recogida de agua de lluvia para riego de jardines.
- Reparar inodoros con fugas, que pueden desperdiciar entre 200 y 400 litros diarios.
- Reutilizar agua doméstica, como la empleada para lavar verduras, para regar plantas.
- Evitar regar el césped, que se recupera de forma natural tras sequías.
- Cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o afeitamos.
- Tomar duchas más cortas en lugar de baños prolongados.
Estas acciones tienen un impacto directo y medible en el consumo de agua, al reducir la demanda en el suministro público y proteger el caudal de ríos y embalses.
Una medida simbólica con escaso impacto real
Varios expertos en infraestructura digital coinciden en que pedir a los ciudadanos que borren correos y fotos es más un gesto simbólico que una solución efectiva. El efecto agregado sobre el consumo de agua sería despreciable, especialmente si los datos se almacenan en centros fuera del Reino Unido, algo común debido a la naturaleza global de los servicios cloud.
En opinión de un ingeniero de data centers consultado:
“La eficiencia hídrica de los centros de datos se mejora con cambios en la refrigeración, la reutilización de agua y la optimización de cargas de trabajo, no con acciones puntuales del usuario como borrar fotos”.
El verdadero frente: eficiencia en centros de datos
Si el objetivo es reducir la huella hídrica del sector digital, las estrategias deberían centrarse en:
- Migrar a sistemas de refrigeración de circuito cerrado o por inmersión, que minimizan el uso de agua.
- Fomentar la ubicación de centros de datos en climas y entornos con refrigeración natural (free cooling).
- Incentivar el uso de agua reciclada o no potable en procesos de refrigeración.
- Mejorar la eficiencia energética para reducir la generación de calor y, con ello, la necesidad de refrigeración.
Un mensaje que puede desviar la atención
El contraste es evidente: mientras el Gobierno británico impulsa el crecimiento digital y la adopción de inteligencia artificial —tecnologías con un alto consumo energético e hídrico—, aconseja a los ciudadanos borrar archivos personales para “ahorrar agua”.
La crisis requiere medidas serias y bien fundamentadas. Acciones domésticas como reparar fugas o acortar duchas tienen un efecto tangible. En cambio, la recomendación digital corre el riesgo de distraer de los cambios estructurales que realmente reducirían el consumo de agua del sector tecnológico y de la sociedad en general.
vía: Gov.uk