Cuando surgieron las protestas de Inglaterra, lo cierto es que el gobierno sabían que se habían conectado mediante Blackberry. Un sistema de mensajería instantánea en el cual los datos quedan encriptados. Éste ha sido solo el más reciente de los sucesos de encuentros para manifestaciones en redes sociales, pero si echan la vista atrás de seguro que recuerdan a un Egipto o a un Túnez con las conexiones a internet bloqueadas. Y vistos los hechos, ahora cabría preguntarse en primer lugar hasta que punto un gobierno es quien para controlar la información en una democracia con libertad de derechos y en segundo lugar, si ese control, aún legal, sea o no la solución más adecuada.
La historia de los países del Magreb ha demostrado que el control y bloqueo de internet solo provocó que más gente saliese a la calle. Por ello, si bien soy de las que cree que la coacción no lleva a ningún sitio porque me parece de todo menos democrático, lo cierto es que el pueblo ante la prohibición cuando ya está cansado no suele reaccionar muy bien. ¿Ustedes qué opinan?
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