El mayor estudio sobre ChatGPT revela cómo millones de personas lo usan ya como herramienta de productividad y valor personal

OpenAI ha publicado el que se considera el estudio más amplio hasta la fecha sobre el uso real de ChatGPT, ofreciendo una radiografía inédita de cómo la inteligencia artificial se ha democratizado en apenas tres años, generando valor económico y social tanto en el trabajo como en la vida personal.

El informe, elaborado por el equipo de investigación económica de OpenAI junto con el economista David Deming (Harvard) y publicado como working paper del National Bureau of Economic Research (NBER), analiza de forma agregada y preservando la privacidad 1,5 millones de conversaciones de usuarios. El contexto es monumental: ChatGPT cuenta con 700 millones de usuarios activos semanales, lo que convierte este análisis en la mayor aproximación empírica al consumo de IA que se haya realizado hasta ahora.


Un uso cada vez más diverso y democrático

Uno de los hallazgos más llamativos es la reducción de la brecha de género. En enero de 2024, apenas un 37 % de los usuarios tenían nombres asociados a género femenino. En julio de 2025 esa cifra había subido al 52 %, reflejando un patrón mucho más cercano a la población adulta general.

La democratización también se refleja en la expansión global. En los países de ingresos más bajos, la tasa de crecimiento de adopción en mayo de 2025 era 4 veces superior a la de los países de renta alta. Este dato confirma que el acceso a herramientas de IA no se limita a economías desarrolladas, sino que está penetrando en regiones donde la IA puede cubrir brechas de acceso a educación, salud y asesoramiento.


Qué hacen los usuarios con ChatGPT

El informe distingue tres grandes categorías de uso: Preguntar (Asking), Hacer (Doing) y Expresar (Expressing).

  • Preguntar (49 % de los mensajes): la IA funciona como consejera, aportando información y apoyo a la toma de decisiones. Este es el tipo de interacción más valorado por los usuarios.
  • Hacer (40 %): tareas prácticas como redactar textos, programar, planificar viajes o elaborar resúmenes. Un tercio de este uso está directamente vinculado al trabajo.
  • Expresar (11 %): conversaciones de exploración personal, reflexión o juego creativo, que demuestran que ChatGPT también funciona como espacio de autoexpresión.

En la práctica, tres de cada cuatro conversaciones giran en torno a tareas cotidianas: búsqueda de información, orientación práctica o redacción de textos. El código y la creación artística, aunque relevantes, representan un segmento más reducido del uso total.


Entre la oficina y la vida personal

El estudio confirma que ChatGPT tiene un papel dual:

  • 30 % del uso es laboral: desde la redacción de informes hasta la asistencia en la programación o la preparación de presentaciones.
  • 70 % es personal: planificación de viajes, ayuda con deberes escolares, consultas médicas básicas, recetas, ocio o exploración personal.

La cifra pone de relieve que la IA no sólo mejora la productividad en entornos profesionales, sino que también aporta valor en la vida diaria de los usuarios, generando un impacto que muchas veces no se refleja en indicadores macroeconómicos como el PIB.


Valor económico invisible, pero real

Según OpenAI, una de las contribuciones más importantes de ChatGPT es su papel como sistema de apoyo a la decisión. Mejorar el juicio y la productividad en trabajos intensivos en conocimiento multiplica el valor generado, incluso aunque no siempre sea cuantificable en términos de mercado.

El estudio detecta además un patrón de profundización en el uso: los usuarios que empiezan a experimentar con la herramienta tienden a incrementar su actividad con el tiempo, a medida que los modelos mejoran y se descubren nuevos casos de uso.


Privacidad como principio rector

OpenAI enfatiza que en la investigación ningún humano accedió al contenido de los mensajes. La clasificación de patrones se realizó mediante herramientas automatizadas que anonimizaron y agregaron los datos, preservando así la confidencialidad de los usuarios. Este enfoque busca reforzar la idea de que el valor científico y económico puede extraerse de forma responsable, sin comprometer la privacidad individual.


Conclusión: de la novedad a la infraestructura cotidiana

En apenas tres años, ChatGPT ha pasado de ser una curiosidad tecnológica a convertirse en una infraestructura digital de uso masivo, con presencia equilibrada entre géneros, fuerte expansión en países emergentes y aplicaciones que van desde lo profesional a lo personal.

La conclusión del estudio es contundente: la IA conversacional ya crea valor económico tangible al mejorar la productividad y valor intangible al apoyar la vida cotidiana de millones de personas. Lo que antes se veía como un experimento, hoy se percibe como un derecho básico de acceso a la tecnología que permite a la gente desbloquear su potencial y moldear su futuro.


Preguntas frecuentes

¿Cuál fue la muestra analizada en el estudio?
El trabajo de OpenAI y Harvard se basó en 1,5 millones de conversaciones de usuarios, dentro de una base de 700 millones de usuarios activos semanales de ChatGPT.

¿Qué diferencia hay entre Asking, Doing y Expressing?

  • Asking: pedir consejo o información.
  • Doing: encargar tareas prácticas como escribir o programar.
  • Expressing: usos de autoexpresión, juego o exploración personal.

¿Qué porcentaje del uso está relacionado con el trabajo?
Alrededor de un 30 % de las conversaciones tienen fines laborales, mientras que el 70 % restante responde a usos personales y cotidianos.

¿Qué relevancia tiene para países en desarrollo?
El crecimiento de usuarios en países de ingresos bajos es 4 veces mayor que en países ricos, lo que apunta a que la IA puede ser un igualador digital, ampliando acceso a educación, salud y oportunidades económicas.

vía: openai

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