El popular divulgador tecnológico Jeff Geerling denunció que YouTube retiró uno de sus vídeos donde explicaba cómo reproducir vídeos en 4K con LibreELEC en una Raspberry Pi 5. El motivo: supuesta violación de las normas por “contenido dañino”. La comunidad respondió con fuerza y la plataforma rectificó.
La batalla por el control de nuestros propios contenidos ha sumado un nuevo episodio. Jeff Geerling, uno de los creadores de contenidos más respetados en el ámbito del software libre y el hardware abierto, vio cómo YouTube eliminaba uno de sus vídeos más populares: un tutorial sobre cómo montar una biblioteca multimedia personal usando LibreELEC y una Raspberry Pi 5.
Según el mensaje automático que recibió, el vídeo infringía las políticas de YouTube al “mostrar cómo acceder a contenido audiovisual de forma no autorizada o gratuita”. Pero nada de eso aparecía en el vídeo.
Geerling explicó que en su casa siempre ha utilizado contenido legal: ha comprado durante años CDs, DVDs y Blu-Rays, y simplemente los almacena en un servidor personal para poder verlos cómodamente. El vídeo, con más de un millón de visualizaciones y publicado hace más de un año, no enseñaba ni sugería piratería.
La censura del algoritmo
El vídeo fue eliminado por el sistema de moderación automatizado de YouTube, y solo tras una oleada de críticas en redes sociales fue revisado por un humano y restituido en la plataforma. No era la primera vez que esto ocurría: en 2023, Geerling ya sufrió un aviso similar por mostrar cómo instalar Jellyfin, una aplicación de código abierto para organizar contenido multimedia.
“Al parecer, montar tu propia biblioteca de películas en casa es ahora considerado un acto peligroso”, ironizó Geerling tras el incidente.
¿Qué es LibreELEC y por qué molesta?
LibreELEC es un sistema operativo ligero que permite convertir un pequeño ordenador como la Raspberry Pi en un completo centro multimedia. Es especialmente útil para quienes prefieren almacenar y ver sus propias películas o música, sin depender de plataformas de streaming.
Lejos de promover la piratería, este tipo de soluciones permiten a usuarios respetuosos con los derechos de autor organizar sus contenidos con más control y privacidad.
Pero el algoritmo de YouTube —diseñado para detectar posibles usos ilegales— a menudo no distingue entre explicar cómo funciona un sistema legítimo y fomentar el uso indebido de contenidos. El resultado: vídeos educativos y legales pueden ser eliminados sin justificación real.
La cara oculta del “todo gratis”
YouTube se ha convertido en la principal fuente de información para millones de personas, pero cada vez más creadores denuncian que su modelo está volviéndose hostil con el contenido educativo, especialmente si está relacionado con herramientas abiertas o autoalojadas.
Geerling explicó que ha empezado a subir sus vídeos también a otras plataformas como Internet Archive o Floatplane, pero reconoce que la mayoría de su audiencia sigue en YouTube. “Cada vídeo me lleva entre 10 y 300 horas de trabajo. Para poder mantener ese nivel, necesito que el contenido llegue al mayor número de personas”, explicó.
Además, YouTube ha comenzado recientemente a mostrar resúmenes generados por inteligencia artificial en algunos vídeos, lo que ha levantado sospechas de que el contenido pueda estar siendo utilizado para entrenar modelos sin consentimiento de los creadores.
¿Qué significa esto para los usuarios?
Para muchos usuarios, montar su propia biblioteca multimedia parece cosa del pasado, pero no lo es. En realidad, cada vez más personas recurren a soluciones autoalojadas para no depender de plataformas que introducen anuncios, quitan contenido sin aviso o suben precios.
“Lo único que quiero es ver mis películas sin que me bombardeen con publicidad o me obliguen a suscribirme a cinco servicios distintos”, decía uno de los seguidores de Geerling en redes sociales.
El caso ha reavivado el debate sobre hasta qué punto las grandes plataformas controlan no solo lo que vemos, sino lo que podemos aprender a hacer. Y plantea una pregunta incómoda: ¿hasta cuándo será posible que los usuarios gestionen sus propios datos y contenidos sin intermediarios?
Una llamada a defender el software libre
Geerling concluyó su denuncia con un mensaje claro para la comunidad: “¡Id y autoalojad todas las cosas!”. Una invitación a seguir usando software libre, compartiendo conocimiento y defendiendo el derecho a controlar nuestros propios dispositivos.
En un mundo donde las plataformas imponen cada vez más límites, aprender a montar un servidor propio o a reproducir tus propias películas no es solo una afición técnica: es un acto de soberanía digital.