La nueva herramienta impulsada por los modelos Veo 3, Imagen y Gemini permite a cineastas generar escenas de nivel profesional con lenguaje natural y control total de cámara
Google ha dado un paso firme hacia el futuro del cine con el lanzamiento oficial de Flow, una innovadora herramienta de creación cinematográfica con inteligencia artificial (IA) que promete transformar por completo la narrativa audiovisual. Diseñada desde cero para trabajar con sus modelos más avanzados —Veo 3, Imagen y Gemini—, Flow representa un entorno creativo que permite a cualquier usuario, desde cineastas profesionales hasta narradores emergentes, construir escenas cinematográficas complejas, editar secuencias y dar vida a personajes e historias, todo con simples instrucciones en lenguaje natural.
Un estudio de cine con IA en la nube
Flow no es un software tradicional de edición de vídeo. Es un sistema completo de creación visual integrado en la nube que convierte ideas escritas en escenas con movimientos de cámara, iluminación realista y una física visual que se acerca sorprendentemente al cine real. Su punto fuerte radica en el modelo generativo Veo 3, capaz de interpretar indicaciones detalladas, generar múltiples planos consistentes y mantener una coherencia narrativa entre escenas.
Detrás de las funciones creativas actúa el modelo Gemini, que traduce el lenguaje natural del usuario en comandos estructurados. Por ejemplo, un cineasta puede escribir “una escena al amanecer en un pueblo costero con la cámara descendiendo lentamente hacia dos niños que corren en la playa” y Flow se encargará de recrear esa visión visual con fidelidad, incluyendo el tono de luz, las sombras, la textura del agua y los movimientos de los personajes.
Además, con el motor Imagen, el usuario puede generar elementos visuales específicos desde texto, como objetos, ambientes o atuendos, y usarlos en las escenas.
Herramientas avanzadas para profesionales y entusiastas
Flow incluye una serie de herramientas que elevan la experiencia cinematográfica:
- Control total de cámara: panorámicas, travellings, zooms, ángulos cenitales o en picado; el usuario tiene control granular del lenguaje visual.
- Editor de escenas: permite tomar una escena existente y expandirla sin interrupciones, generando continuidad visual entre tomas.
- Gestión de recursos: una interfaz para administrar personajes, ambientes, props, instrucciones y escenas.
- Flow TV: una galería abierta de clips generados con Flow, donde se pueden ver los prompts y técnicas utilizadas por otros creadores.
¿Quién puede usar Flow y cómo acceder?
La herramienta, que evoluciona a partir del proyecto experimental VideoFX, ya está disponible para suscriptores de los planes Google AI Pro y Google AI Ultra en Estados Unidos, con expansión internacional prevista próximamente. El plan Pro permite hasta 100 creaciones mensuales, mientras que el plan Ultra incluye capacidades de generación de audio nativa, ideal para diálogos, sonido ambiental y efectos.
Cineastas pioneros con Flow
Google ha trabajado de forma cercana con varios creadores para adaptar Flow a flujos de trabajo reales. Algunos ejemplos destacados:
Dave Clark, reconocido por integrar tecnologías emergentes en sus cortos como Battalion o NinjaPunk, utiliza Flow en su nuevo proyecto Freelancers, una historia sobre dos hermanos adoptivos que se reencuentran en circunstancias dramáticas.
Henry Daubrez, artista multidisciplinario, ha explorado la soledad y el amor en Kitsune, creado con Veo 2. Con Flow está desarrollando Electric Pink, un viaje visual inspirado en su proceso creativo.
Junie Lau, cineasta y pensadora digital, trabaja en Dear Stranger, un experimento filosófico sobre el amor interdimensional entre una abuela y su nieta, creado con ayuda de la IA como colaborador activo.
Democratización del cine y la narrativa visual
Flow forma parte del movimiento más amplio de Google para democratizar la creación audiovisual profesional. Gracias a la IA, los costes de producción bajan drásticamente, y la barrera técnica desaparece. “Creemos que Flow permitirá que nuevas voces cuenten sus historias sin necesidad de estudios, cámaras o equipos costosos”, señalan desde Google Labs.
A medio plazo, se espera que Flow también incorpore capacidades de multilingüismo, integración con plataformas de edición tradicionales y exportación directa a redes sociales, servicios de streaming o festivales de cine online.
Un nuevo paradigma de colaboración hombre–máquina
Con Flow, el papel del cineasta se redefine. Ya no es solo el director de escena, sino también el interlocutor de una inteligencia artificial capaz de interpretar, sugerir, componer y mejorar una obra audiovisual. Lo que antes requería equipos técnicos y meses de postproducción, ahora puede lograrse en cuestión de horas.
En definitiva, Flow inaugura una nueva etapa en la que creatividad humana y potencia algorítmica se fusionan para dar lugar a nuevas formas de arte cinematográfico, con una libertad y rapidez sin precedentes.
Fuente: Noticias inteligencia artificial