La compañía activa el acceso infantil a su chatbot de inteligencia artificial, aunque advierte de posibles errores y contenidos inapropiados. Los padres podrán desactivarlo desde Family Link.

Google ha comenzado a enviar correos electrónicos a los usuarios del sistema de control parental Family Link para informarles de que los niños bajo su supervisión pronto podrán acceder a Gemini, el chatbot de inteligencia artificial desarrollado por la compañía. El anuncio, que llega sin una opción de consentimiento previo, ha despertado inquietud entre familias y expertos por las implicaciones que puede tener el uso de esta tecnología por parte de menores.

Según Google, el acceso a Gemini busca proporcionar una herramienta que ayude a los niños con sus tareas escolares, fomente la creatividad y sirva incluso como lector de cuentos. Pero al mismo tiempo, la propia empresa advierte de que la IA puede equivocarse y mostrar contenido no deseado, dejando entrever que los filtros de seguridad aún no son infalibles.

La IA que “no es humana” y los riesgos de interpretación

En su comunicación a los padres, Google subraya que es responsabilidad de los adultos explicar a los niños que Gemini no es una persona real y que no deben compartir con ella datos sensibles o información personal. “Gemini Apps pronto estará disponible para su hijo”, reza el mensaje. “Esto significa que podrá hacer preguntas, pedir ayuda con los deberes e inventar historias”.

Uno de los aspectos más polémicos es que los menores podrán activar el acceso a Gemini por sí mismos, sin necesidad de una aprobación directa de sus progenitores, aunque estos podrán desactivar esta función manualmente desde la propia app Family Link. Google enviará una notificación adicional la primera vez que el menor utilice el sistema.

La IA como apoyo… o sustituto parental

El movimiento abre un nuevo capítulo en la integración de herramientas de inteligencia artificial en la vida cotidiana de los menores. Gemini, al igual que otros asistentes basados en modelos de lenguaje, puede responder preguntas complejas, ayudar a redactar textos y mantener conversaciones aparentemente naturales.

Para algunos padres, esto representa una oportunidad educativa: un sistema que resuelve dudas escolares y estimula la imaginación. Pero para otros, el riesgo es evidente: una IA que interactúa con un niño sin supervisión constante puede reforzar creencias erróneas, mostrar respuestas sesgadas o sustituir el vínculo humano en momentos cruciales del desarrollo.

“Google está normalizando la idea de que una IA puede acompañar, leer y enseñar a los hijos de forma autónoma, algo que debería preocuparnos como sociedad”, afirma una experta en tecnología infantil consultada por varios medios.

Recomendaciones de Google a los padres

En su correo, la compañía hace un esfuerzo por suavizar las críticas con una lista de consejos para los padres:

  • Enseñar a los niños a verificar las respuestas que ofrece la IA.
  • Explicar que no deben introducir datos personales ni sensibles en la conversación.
  • Tener en cuenta que, aunque existen filtros, es posible que se muestren contenidos inapropiados.
  • Recordar que el control parental tradicional del Asistente de Google sigue activo, pero no se aplica directamente a Gemini.

Contexto regulatorio y modelo educativo

La decisión de Google se produce en un contexto en el que la inteligencia artificial avanza más rápido que las regulaciones. Aunque la empresa asegura que los datos de los menores no se utilizarán para entrenar sus modelos, como ocurre con cuentas educativas de Google Workspace for Education, organizaciones defensoras de la privacidad infantil ya han comenzado a plantear dudas sobre el cumplimiento de normativas como la COPPA (Children’s Online Privacy Protection Act) en Estados Unidos o el RGPD en Europa.

Más allá de la cuestión legal, se abre también un debate pedagógico: ¿cuál debe ser el rol de una IA en el desarrollo cognitivo, emocional y social de un niño? ¿Puede una IA contar cuentos con el mismo valor que un padre, una madre o un docente?

¿El futuro de la crianza digital?

El despliegue de Gemini para menores de edad anticipa una transformación profunda en la forma en que los niños se relacionan con la tecnología. Para algunos será un recurso útil y complementario; para otros, una amenaza que puede convertir a la inteligencia artificial en el nuevo «cuidador digital».

Queda ahora en manos de padres, educadores y legisladores establecer los límites y supervisar que estos avances no se conviertan en una puerta abierta a la sustitución de la interacción humana por un algoritmo.

¿Estamos listos para que una IA acompañe el crecimiento de nuestros hijos? La pregunta ya no es futurista. Está en la bandeja de entrada de millones de familias.

Fuente: Noticias Educación 2.0

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