En plena carrera por la Inteligencia Artificial y las pantallas de alta resolución, dos de los mayores fabricantes de PC del mundo han tomado una decisión difícil de explicar al usuario final: HP y Dell están vendiendo portátiles en los que el soporte por hardware para HEVC (H.265) viene desactivado, a pesar de que el procesador incluye de serie esa capacidad.

No se trata de un fallo técnico ni de una limitación física del chip, sino de una decisión ligada a algo mucho menos visible pero muy real: el coste de las licencias de HEVC, el estándar de compresión de vídeo que durante años ha sido la base del 4K y del vídeo de alta eficiencia.

El resultado es una situación paradójica: el ordenador tiene dentro todo lo necesario para decodificar vídeo HEVC de forma fluida y eficiente, pero el usuario se encuentra con errores de reproducción, tirones o un uso de CPU disparado al intentar abrir contenidos en este formato.


HEVC: un códec potente… y caro

HEVC, también conocido como H.265, se diseñó para ofrecer una compresión mucho más eficiente que el veterano H.264/AVC. Permite almacenar vídeo 4K y contenidos de alta calidad ocupando menos espacio y consumiendo menos ancho de banda, algo clave para streaming, cámaras de acción, grabación en móviles o edición de vídeo profesional.

El problema es que, a diferencia de códecs abiertos más recientes, HEVC está rodeado de un complejo sistema de patentes. Distintos consorcios y “pools” de licencias agrupan a los titulares de esas patentes y cobran un canon por cada dispositivo que incluye soporte para el estándar.

Ese canon, además, ha subido. Para volúmenes altos —más de 100.001 unidades vendidas— la tarifa por dispositivo en Estados Unidos pasa de 0,20 a 0,24 dólares. Puede parecer una cifra ridícula en un portátil de 800 o 1.000 dólares, pero la historia cambia cuando se multiplica por millones de equipos.

Solo en el tercer trimestre de 2025, se estima que HP vendió unos 15.002.000 ordenadores (entre portátiles y sobremesa) y Dell alrededor de 10.166.000 unidades. Aplicar cuatro centavos adicionales por unidad a esos volúmenes supone centenares de miles de dólares más por trimestre solo en licencias HEVC.

En ese contexto, la tentación de “apagar” HEVC en las gamas donde se presupone un uso menos intensivo del vídeo parece, desde el punto de vista contable, más comprensible. Desde el punto de vista del usuario, bastante menos.


Lo que han hecho los fabricantes: el hardware está, el soporte no

Las medidas aplicadas por HP y Dell tienen un patrón similar:

  • El procesador sigue incluyendo el motor de decodificación HEVC en la GPU integrada, como en cualquier CPU moderna.
  • Sin embargo, el sistema operativo ya no viene con el códec HEVC activado a nivel de sistema en determinados modelos.
  • En la práctica, Windows no puede usar esa aceleración por hardware de forma estándar para reproducir o procesar vídeo H.265, salvo que se añada un códec adicional o se recurra a software de terceros.

En algunos catálogos, los fabricantes diferencian entre:

  • Equipos “básicos” o estándar, donde HEVC viene deshabilitado.
  • Gamas altas o profesionales orientadas a vídeo, con pantallas 4K, GPU dedicada o funciones multimedia avanzadas, donde el soporte HEVC sí se mantiene.

El problema es que esa distinción no siempre es transparente para el comprador. Un portátil de una serie “Pro” puede llevar un precio por encima de los 800 dólares y, aun así, venir sin soporte HEVC por defecto. El usuario solo descubre el recorte cuando algo tan sencillo como reproducir un vídeo 4K de su móvil empieza a dar problemas.


Synology ya anticipó la jugada: mover el peso al dispositivo del usuario

La decisión de HP y Dell llega después de otros movimientos en la misma dirección dentro del ecosistema tecnológico. Un ejemplo claro fue el de Synology, que anunció el fin del soporte de transcodificación de HEVC, H.264/AVC y VC-1 en sus sistemas DiskStation Manager y BeeStation OS.

En su caso, el argumento fue doble:

  • Por un lado, los dispositivos finales (móviles, televisores, ordenadores, set-top boxes) ya incluyen casi siempre soporte para estos códecs.
  • Por otro, transcodificar vídeo en el servidor consume muchos recursos y obliga al fabricante a gestionar licencias adicionales.

Synology decidió que tenía más sentido dejar que cada dispositivo cliente se encargara de decodificar el vídeo y que el NAS se centrara en almacenar y servir datos. El mensaje de fondo encaja con la estrategia que ahora se ve en el mundo del PC: quien paga la licencia y hace el trabajo es el dispositivo final, no el servidor o el fabricante de la infraestructura.

En el caso de HP y Dell, la ironía es que el “dispositivo final” donde se quiere descargar esa responsabilidad es precisamente el portátil del usuario… el mismo que ahora llega con HEVC desactivado.


Usuarios desconcertados: portátiles “Pro” sin funciones que parecían básicas

La reacción en comunidades técnicas y foros de usuarios no se ha hecho esperar. Quienes han comprado equipos de gama profesional, esperando un portátil “todoterreno”, se encuentran con que:

  • Vídeos 4K en HEVC no se reproducen bien en las aplicaciones de sistema.
  • La CPU se dispara al 80–90 % de uso al intentar reproducir un archivo que antes iba fluido.
  • Algunas aplicaciones de edición de vídeo o streaming muestran errores o rendimientos pobres, mientras otros equipos más antiguos funcionan sin problemas.

De fondo aparece una sensación repetida: “me han quitado algo que ya consideraba estándar”. HEVC se ha utilizado tantos años que muchos usuarios ni siquiera se plantean que su nuevo portátil pueda no soportarlo correctamente. Se da por hecho que un PC moderno “lo trae todo”.

Esto se agrava cuando el equipo pertenece a una gama con apellidos como “Pro”, “Business” o “Workstation”. Para quienes trabajan con contenidos de vídeo, la ausencia de soporte HEVC por defecto se siente directamente como un paso atrás.


Estrategia de ahorro… y de reducción de riesgos

Más allá del impacto directo en la experiencia, en la decisión pesan dos factores clave:

  1. Costes de licencia crecientes
    Cada dispositivo compatibile con HEVC suma un pequeño coste. En mercados muy ajustados, ese tipo de cifras puede marcar si un modelo entra o no en cierto rango de precio o margen. Desactivar HEVC en los equipos donde se considera “no esencial” es una forma de recortar gastos sin cambiar componentes.
  2. Complejidad legal y administrativa
    El ecosistema de patentes HEVC no solo es caro, también es complejo. Distintos consorcios, diferentes condiciones según regiones, techos por volumen, posibles reclamaciones retroactivas… Para un fabricante global, reducir el número de modelos “afectados” simplifica la gestión y minimiza riesgos.

Desde este prisma, centrar el soporte HEVC completo en unas pocas gamas y dejar el resto en manos del usuario (o de aplicaciones de terceros) se convierte en una estrategia de contención de costes y de “descomplicación legal”.


Qué puede hacer el usuario si su portátil viene sin HEVC activado

Para el usuario final, la situación no es ideal, pero tiene algunas vías de escape:

  • Usar reproductores con códecs integrados
    Programas como VLC o MPV incluyen sus propios decodificadores de HEVC. En muchos casos son capaces de utilizar la aceleración por hardware de forma directa, aunque el sistema no tenga el códec “oficial” activado. Para la reproducción de vídeos personales o locales, suele ser la solución más rápida.
  • Instalar el códec HEVC a nivel de sistema
    En el ecosistema Windows existe la opción de instalar extensiones de vídeo que activan HEVC para todo el sistema operativo. Suele tratarse de un pequeño pago único. En la práctica, el usuario asume un coste muy bajo a cambio de recuperar la funcionalidad que el fabricante ha decidido no incluir de serie.
  • Elegir otros códecs cuando sea posible
    Muchas cámaras, móviles y aplicaciones de edición permiten elegir formatos alternativos, como H.264 o incluso AV1. Cambiar el ajuste de grabación, cuando se pueda, evita parte de los problemas en equipos con soporte HEVC “recortado”.
  • Revisar bien las especificaciones antes de comprar
    Aunque no siempre es sencillo, merece la pena comprobar si el modelo que se va a adquirir incluye soporte completo de HEVC, especialmente si se va a usar para edición de vídeo, trabajo creativo o consumo intensivo de contenidos 4K.

Un síntoma de algo mayor: el cambio de era en los códecs de vídeo

Lo que ocurre con HEVC en portátiles HP y Dell es algo más que un detalle de letra pequeña: es un síntoma del momento de transición que vive el vídeo digital.

Por un lado, aparecen códecs más nuevos y abiertos, como AV1, impulsados por grandes plataformas tecnológicas que quieren reducir su dependencia de sistemas de licencias complejos. Por otro, existe una cantidad gigantesca de contenido ya grabado en HEVC que no va a desaparecer de la noche a la mañana.

Mientras tanto, los fabricantes de hardware intentan cuadrar cuentas en un mercado de PC muy competitivo, donde cada euro por unidad cuenta. Cuando esa ecuación se cruza con tecnologías protegidas por patentes, el resultado son decisiones como esta: funciones que existen en el chip, pero que se entregan “apagadas” de fábrica.

Para el usuario de a pie, el mensaje que deja este episodio es claro: conviene mirar un poco más allá de la ficha de procesador y de la cantidad de memoria RAM. En plena era del vídeo 4K, la IA y el streaming, los detalles de códecs y licencias pueden marcar la diferencia entre un portátil que “lo mueve todo” y otro que tropieza con algo tan básico como reproducir un vídeo del móvil.

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