El viaje de los fundadores, la transformación de una misión altruista en una superpotencia tecnológica y los nuevos jugadores que están marcando el futuro de la IA

OpenAI nació en diciembre de 2015 como un experimento ambicioso: desarrollar inteligencia artificial general (AGI) de manera segura y para el beneficio de toda la humanidad. Con once figuras clave entre fundadores y primeros ingenieros —entre ellos Sam Altman, Ilya Sutskever, Greg Brockman, Wojciech Zaremba, John Schulman y Elon Musk— la organización se presentó como una alternativa ética frente al desarrollo privado y cerrado de la IA por parte de las grandes tecnológicas. Su nacimiento como entidad sin ánimo de lucro no presagiaba el espectacular giro que tomaría años después.

Hoy, OpenAI es una de las compañías más influyentes y mejor financiadas del mundo tecnológico. Con productos revolucionarios como GPT-3, DALL·E, Codex, ChatGPT o el reciente GPT-4o, se ha posicionado en el centro del debate global sobre el poder de la inteligencia artificial. Sin embargo, este éxito ha estado acompañado de tensiones internas, luchas por el control y la salida de figuras clave.

La evolución de los fundadores

De los once fundadores iniciales, solo tres continúan vinculados a OpenAI: Sam Altman, Wojciech Zaremba y Greg Brockman (aunque este último se encuentra actualmente en excedencia). El resto ha tomado caminos distintos, en muchos casos fundando o sumándose a nuevas iniciativas con ambiciones similares o incluso más radicales.

  • Ilya Sutskever, cofundador y ex Chief Scientist, dejó OpenAI en 2024 para fundar Safe Superintelligence Inc. (SSI), un laboratorio centrado exclusivamente en el desarrollo seguro de AGI.
  • John Schulman, otro pilar técnico de la compañía, se desvinculó en 2024 y actualmente trabaja en proyectos relacionados con Anthropics, empresa también centrada en la IA alineada.
  • Elon Musk, aunque cofundador, se alejó en 2018 por conflictos de interés con Tesla, y desde entonces ha criticado abiertamente a OpenAI, especialmente tras su giro comercial.
  • Otros ingenieros clave como Trevor Blackwell, Pamela Vagata o Durk Kingma tomaron distintos caminos, incluyendo Google DeepMind y Stripe.

La transformación: de sin ánimo de lucro a gigante capitalista

En 2019, OpenAI anunció una estructura híbrida: una empresa con ánimo de lucro limitado (capped-profit) para poder atraer inversión externa sin abandonar su misión fundacional. Este modelo permitió a Microsoft invertir miles de millones de dólares, consolidando una alianza estratégica que se materializó con el despliegue de ChatGPT en Bing y Azure.

El éxito de ChatGPT en 2022 marcó un antes y un después. Se convirtió en la aplicación de más rápido crecimiento de la historia y dio a OpenAI una visibilidad sin precedentes. En paralelo, la compañía ha recaudado más de 6.600 millones de dólares, disparando su valoración.

Los nuevos actores del ecosistema IA

La historia de OpenAI no puede entenderse sin observar a sus competidores y exalumnos que han impulsado nuevas iniciativas en el ecosistema de IA:

  • Anthropic: Fundada por exmiembros de OpenAI como Dario Amodei y Daniela Amodei, se presenta como una alternativa centrada en la alineación y seguridad de la IA. Su modelo Claude compite directamente con GPT-4.
  • xAI: La empresa de Elon Musk, lanzada en 2023, busca construir una IA que sea «máximamente curiosa» y esté integrada con los productos de X (antes Twitter).
  • Cohere: Centrada en modelos de lenguaje para empresas, fue fundada por antiguos investigadores de Google Brain. Recientemente anunció una ronda de financiación de más de 250 millones de dólares.
  • Mistral AI: Con sede en París, esta startup ha ganado fuerza con modelos de código abierto de alto rendimiento, como Mixtral, apostando por una IA transparente y accesible.
  • Google DeepMind: El referente clásico en IA, ahora fusionado con Google Brain, ha redoblado esfuerzos con modelos como Gemini para competir con OpenAI.
  • Meta AI: Meta ha lanzado modelos open source como LLaMA y continúa apostando por una estrategia de apertura radical frente al enfoque más cerrado de OpenAI.
  • Inflection AI: Fundada por Mustafa Suleyman (ex-DeepMind), esta compañía busca crear asistentes personales conversacionales hiperrealistas.

Una industria en constante reconfiguración

El recorrido de OpenAI refleja las tensiones inherentes al desarrollo de tecnologías con un potencial transformador tan radical. Entre la visión utópica inicial y las demandas del mercado y la inversión, muchos de sus fundadores han tenido que decidir entre continuar dentro del sistema o trazar nuevos caminos.

La emergencia de nuevos actores, muchos de ellos liderados por antiguos miembros del equipo original, sugiere que la carrera por la AGI no está ni mucho menos decidida. Y si algo ha quedado claro en esta década de revolución algorítmica es que cada avance tecnológico viene acompañado de dilemas éticos, sacrificios personales y decisiones estratégicas de largo alcance.

openai fundadores

El futuro de la inteligencia artificial se está escribiendo en tiempo real. La historia de OpenAI y sus fundadores demuestra que cada hito tecnológico es también una encrucijada ética. Las empresas que lideran esta revolución no solo compiten por el talento y los recursos, sino por definir el tipo de mundo en el que viviremos. La pregunta no es solo quién construirá la próxima gran IA, sino para qué y bajo qué valores.

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