Aunque la Agencia Tributaria cuenta con un protocolo para ayudar a los contribuyentes afectados, el proceso para demostrar que no han obtenido beneficios en juegos online puede ser complejo y frustrante.
La aparición de ganancias derivadas del juego online en la declaración de la renta puede parecer una buena noticia. Sin embargo, para algunos contribuyentes, este dato es motivo de alarma. En los últimos años se han multiplicado los casos de suplantación de identidad en plataformas de juego, una práctica delictiva que no solo vulnera la privacidad de las víctimas, sino que además las involucra fiscalmente en actividades que no han realizado.
Ante este tipo de situaciones, la Agencia Tributaria (AEAT) ha establecido un protocolo específico, conocido como PACS (Protocolo de Actuación para Contribuyentes Suplantados). Sin embargo, a pesar de su existencia, el camino para acreditar la suplantación es largo, técnico y poco accesible para muchos ciudadanos.
Un problema creciente con escasa visibilidad
Todo comienza cuando, al revisar los datos fiscales disponibles para la campaña del IRPF, el contribuyente detecta movimientos de juego online que no reconoce como propios. O peor aún, cuando recibe una notificación de la AEAT reclamando el pago de impuestos por ganancias en el juego que jamás ha obtenido.
Este tipo de delitos se han visto facilitados por el uso fraudulento de datos personales en portales de juego. Basta con que un tercero acceda a información básica como el DNI y una dirección para crear cuentas falsas y mover dinero que, desde el punto de vista fiscal, queda vinculado al titular legítimo.
El protocolo PACS: útil, pero farragoso
El portal habilitado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) permite a las víctimas acceder al PACS, pero solo tras identificarse con Cl@ve, certificado digital o DNI electrónico. Quien no disponga de estos métodos deberá iniciar otro proceso adicional para obtenerlos, lo que ya supone una primera barrera de entrada.
Una vez dentro, el protocolo exige cinco pasos clave:
- Descargar el certificado anual de movimientos de juego, con la referencia PACS. Puedes hacerlo en la Sede Electrónica de la Dirección General del Juego, y es una web que funciona fatal, pero al final se consigue.
- Interponer una denuncia formal ante las fuerzas de seguridad, citando el protocolo y aportando el certificado.
- Contactar con las plataformas de juego implicadas para obtener un certificado de actividad y cierre de cuenta. Aquí tienes una lista de operadores.
- Ampliar la denuncia con los certificados obtenidos de las plataformas.
- Presentar toda la documentación a la AEAT, tanto si es durante la campaña de la renta como en caso de requerimientos posteriores.
Cada uno de estos pasos implica múltiples gestiones, comunicación con distintos organismos y recopilación de documentos técnicos. Todo ello en un contexto de urgencia, ya que el plazo para presentar la declaración puede estar corriendo y los efectos fiscales pueden derivar en sanciones si no se actúa a tiempo.
La administración, ¿más problema que solución?
Aunque el protocolo PACS es una herramienta positiva, muchos ciudadanos se sienten desbordados ante su complejidad. No es infrecuente que la AEAT siga exigiendo el pago de tributos mientras el contribuyente se encuentra en pleno proceso de justificación, lo que genera situaciones de angustia.
Además, la responsabilidad de demostrar que no se es el autor de los movimientos recae por completo sobre la víctima, lo que resulta paradójico. En la práctica, es el ciudadano quien debe coordinar la investigación, recopilar pruebas y gestionar la comunicación con plataformas privadas, cuerpos policiales y Hacienda.
Un llamado a una respuesta más ágil
La DGOJ ha puesto a disposición herramientas como Phishing Alert, que permite a los usuarios inscribirse en un registro para impedir futuras suplantaciones. Pero muchos expertos en protección de datos y derecho digital consideran que es necesario un sistema más automatizado y empático, que contemple la presunción de inocencia en estos casos y facilite la gestión para personas menos familiarizadas con herramientas digitales.
Hasta entonces, la recomendación para cualquier contribuyente que detecte actividad no reconocida en su declaración de la renta es actuar con rapidez, documentar todos los pasos y no dar nada por supuesto. La suplantación de identidad en juegos online es un delito con consecuencias fiscales, pero también una prueba de lo complejo que puede ser defenderse en un entorno burocrático no siempre adaptado a las víctimas.
Más información en la web oficial PACS de Ordenación de Juego.