Los videojuegos multijugador en línea se han consolidado como el principal espacio de socialización digital para niños y adolescentes. Plataformas como Roblox, Minecraft, Fortnite o FIFA Online reúnen a millones de jugadores cada día en entornos donde no solo se juega, sino que también se conversa, se intercambian objetos virtuales y se generan comunidades. Pero esa misma apertura ha convertido a estos universos en lugares donde también actúan depredadores sexuales, estafadores y acosadores.

Los expertos coinciden: cualquier juego con chat abierto o con la posibilidad de interactuar con desconocidos puede entrañar riesgos serios para los menores si no existe acompañamiento adulto, educación digital y medidas de seguridad efectivas.


Un caso real: “Lucas”, atrapado en un falso juego de confianza

“Lucas” —nombre ficticio— tiene 12 años y empezó a jugar a Fortnite durante la pandemia. Al principio se unía a partidas con compañeros del colegio, pero pronto aceptó la invitación de un usuario que decía tener su misma edad. La conversación pasó del chat de voz del juego a mensajes privados en Discord.

Durante semanas, ese supuesto “amigo” le insistió en que compartieran fotos personales “para demostrar confianza”. Cuando Lucas se negó, recibió amenazas: si no enviaba lo que le pedían, difundirían rumores falsos entre sus amigos en línea. Lucas terminó cediendo. La familia solo lo descubrió cuando el menor mostró un cambio repentino de carácter: apatía, aislamiento y miedo constante a encender la consola.

Este patrón no es aislado: ocurre en Minecraft en servidores privados donde la moderación es mínima; en Roblox, donde el chat permite miles de interacciones simultáneas; o en FIFA Online, donde los intercambios de cartas y monedas virtuales pueden usarse como pretexto para generar lazos de manipulación.


Los riesgos más comunes en juegos online con chat

  1. Grooming: adultos que se hacen pasar por menores para ganarse la confianza y luego pedir fotos, favores o datos sensibles.
  2. Sextorsión: tras obtener imágenes, amenazan con difundirlas para obligar a enviar más.
  3. Estafas y chantajes: intercambio de monedas virtuales (Robux, V-Bucks, FUT Coins) a cambio de favores.
  4. Exposición a violencia o contenido sexual: algunos minijuegos creados por usuarios incluyen material inadecuado.
  5. Ciberacoso: insultos, exclusión en partidas o presión grupal que pueden afectar a la autoestima del menor.

¿Por qué ocurre en tantos juegos distintos?

  • Anonimato fácil: basta con elegir un nombre de usuario y falsear la edad para acceder a funciones restringidas.
  • Escala masiva: millones de usuarios conectados en tiempo real hacen imposible la moderación total.
  • Chats integrados: tanto escritos como de voz, permiten contacto directo sin filtros efectivos.
  • Economías internas: la compraventa de objetos o monedas virtuales se presta a fraudes y manipulaciones.
  • Desplazamiento a plataformas externas: las conversaciones pasan rápidamente a WhatsApp, Telegram o Discord, donde el control es aún menor.

Medidas que toman las compañías… y sus límites

  • Roblox ha prometido reforzar la verificación de edad con sistemas biométricos, aunque su eficacia aún es discutida.
  • Minecraft ofrece controles parentales en servidores oficiales, pero los privados escapan a su supervisión.
  • Fortnite incluye opciones para limitar el chat y configurar cuentas infantiles, aunque no siempre se activan por defecto.
  • FIFA Online ha restringido el gasto en monedas virtuales, pero el chat sigue siendo un canal vulnerable.

Aunque todas las compañías hablan de seguridad y confianza, el ritmo de implementación suele ser más lento que la capacidad de los usuarios malintencionados para encontrar nuevas vías de contacto.


Qué pueden hacer padres y educadores

  1. Acompañar el juego: jugar con los hijos, ver qué hacen y con quién interactúan.
  2. Configurar controles parentales: limitar chats, establecer filtros de edad y supervisar compras virtuales.
  3. Hablar abiertamente: explicar qué es grooming o sextorsión, y reforzar que no deben compartir fotos ni datos personales.
  4. Revisar el entorno digital: comprobar con regularidad las listas de amigos y los grupos donde participan.
  5. Ofrecer canales de ayuda: recordar que existen recursos como la línea gratuita 017 del INCIBE, además de Policía (091) y Guardia Civil (062).

Una conclusión necesaria

Los videojuegos online son hoy plazas públicas globales: espacios de creatividad, competición y socialización que forman parte de la vida cotidiana de millones de niños y adolescentes. Pero también son lugares donde los riesgos se multiplican. No se trata solo de Roblox; lo mismo puede ocurrir en Minecraft, Fortnite, FIFA Online o cualquier título con chat abierto.

La clave no es prohibir indiscriminadamente, sino acompañar, educar y exigir a las empresas que prioricen la seguridad de los menores con la misma intensidad con la que impulsan sus beneficios. Porque para Lucas y para miles de niños más, lo que ocurre en estos mundos virtuales no es solo un juego: puede marcar su vida real.


Preguntas frecuentes

¿Qué videojuegos presentan más riesgos para los menores?
Cualquiera con chats abiertos o posibilidad de interactuar con desconocidos: Roblox, Minecraft, Fortnite, FIFA Online y otros similares.

¿Cómo saber si un menor está en riesgo en un juego online?
Cambios bruscos de comportamiento, aislamiento, secretismo con el dispositivo, miedo repentino a conectarse o recibir mensajes constantes de desconocidos.

¿Qué hacer si un menor ha sufrido grooming o sextorsión en un videojuego?
Guardar pruebas (capturas de pantalla, nombres de usuario, conversaciones), bloquear al agresor, denunciar a la plataforma y acudir a la Policía. También se puede llamar al 017 para recibir ayuda especializada.

¿Es mejor prohibir estos juegos?
La prohibición total no siempre funciona y puede generar conflictos. Lo más recomendable es acompañar, educar en el uso seguro y establecer límites y reglas claras.

vía: Noticias sobre Educación

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