El Gobierno australiano ha decidido añadir YouTube a su lista de plataformas digitales prohibidas para adolescentes menores de 16 años, revirtiendo la excepción inicial que había concedido a la plataforma de vídeos de Google y endureciendo así su pionera legislación de protección infantil en el entorno digital.

YouTube se suma a la lista de plataformas vetadas

La decisión llega después de que una encuesta oficial revelara que el 37% de los menores australianos denunciaron haber encontrado contenido nocivo en YouTube, la cifra más elevada registrada entre todas las redes sociales analizadas. Este porcentaje ha sido determinante para que las autoridades reconsideren la posición especial que inicialmente habían otorgado a la plataforma.

YouTube cuenta con una penetración significativa entre los adolescentes australianos, siendo utilizada por tres cuartas partes de los jóvenes de entre 13 y 15 años del país. La medida supone un revés considerable para Google, propietaria de la plataforma, que había argumentado que YouTube constituye una plataforma de intercambio de vídeos gratuitos más que una red social tradicional.

Prohibición integral que entrará en vigor en diciembre

El primer ministro Anthony Albanese ha defendido la decisión como «lo mejor para los niños australianos», expresando el apoyo gubernamental a los padres que se oponen al uso de redes sociales a edades tempranas. La prohibición de YouTube se enmarca dentro de una normativa más amplia que ya vetaba el acceso de menores de 16 años a las plataformas de Meta (Facebook e Instagram), Snapchat y TikTok.

La nueva regulación entrará en vigor en diciembre de 2025, completando así el marco legislativo más restrictivo del mundo en materia de acceso juvenil a redes sociales. No obstante, la normativa contempla ciertas excepciones: los menores podrán acceder a contenido sin crear cuentas propias y también cuando cuenten con la supervisión y autorización expresa de padres y profesores.

Un precedente mundial en protección digital infantil

Australia se ha convertido en el primer país en implementar una prohibición tan exhaustiva del uso de redes sociales por parte de menores, basándose en crecientes evidencias sobre el impacto negativo que estas plataformas pueden tener en la salud mental de niños y adolescentes. Los estudios citados por el Gobierno señalan que elementos como los «me gusta» y los comentarios pueden influir significativamente en el bienestar psicológico de los jóvenes usuarios.

La medida refleja una preocupación global creciente sobre los efectos de la exposición temprana a redes sociales, aunque Australia ha optado por la respuesta legislativa más radical implementada hasta la fecha. La decisión establece un precedente que otros países observan con atención, especialmente en un contexto donde el debate sobre la regulación de las grandes tecnológicas y su impacto en menores se intensifica a nivel internacional.

La inclusión de YouTube en esta prohibición subraya que las autoridades australianas no distinguen entre tipos de plataformas digitales cuando se trata de proteger a los menores, priorizando el bienestar infantil sobre las clasificaciones técnicas que puedan hacer las propias empresas tecnológicas.

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