El desafío de supervisar las compras online de los menores

En una era dominada por la tecnología digital, la creciente tendencia de los menores de realizar compras en línea ha comenzado a generar preocupaciones significativas entre los padres españoles. Un estudio reciente muestra que un 39% de los progenitores no está al tanto de la frecuencia con la que sus hijos utilizan internet para adquirir productos.

El incremento en la posesión de dispositivos móviles entre los jóvenes es notable; actualmente, siete de cada diez niños entre 10 y 15 años tienen un smartphone, lo que facilita el acceso a realizar transacciones online de manera autónoma. Según la encuesta, un 25% de los menores hace compras por internet al menos una vez al mes. Sin embargo, solo el 46% de estas actividades están constantemente supervisadas por un adulto.

La encuesta también reveló que los niños empiezan a realizar compras online a edades cada vez más tempranas, con un 41% de los padres indicando que sus hijos comienzan antes de los 14 años. De estos, un 27% tiene entre 13 y 14 años, mientras que un sorprendente 9% de niños de entre 11 y 12 años, y un 5% de menores de 10 años, también están activos en las plataformas de compra en línea.

Padre: Preocupación por las compras online de menores

El principal motivo citado por el 65% de los progenitores para comprar un teléfono móvil a sus hijos es la seguridad, seguido por la presión social y el entretenimiento, especialmente en menores de 10 años. Este acceso temprano a la tecnología móvil no solo abre puertas a nuevas formas de aprendizaje y comunicación sino que también plantea riesgos potenciales, como el acceso sin supervisión a datos bancarios a través de sistemas de pago automático integrados en los dispositivos.

La situación subraya la necesidad de que los padres adopten un enfoque más activo y consciente en la supervisión del uso de internet por parte de sus hijos. La supervisión efectiva puede ayudar a prevenir compras no autorizadas y promover un consumo responsable en línea entre los más jóvenes. Esta dinámica familiar moderna requiere que los adultos estén más informados y sean proactivos en la educación digital de sus hijos para asegurar que su integración en el mundo digital sea segura y positiva.

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