Parece que las cosas no le están yendo demasiado bien a Facebook. Bueno, ni a Facebook ni al resto de redes sociales que se han visto acusadas de estar implicadas en la ya conocida como Operación Prisma. La verdad es que el asunto es realmente muy grave, porque se supone que esos datos que se compartían son de los usuarios a los que no se les ha pedido ningún permiso para que el gobierno pueda verlos. Bueno, ni el gobierno ni nadie, y violarían la propia política de privacidad firmada por Facebook y por la que se cancelan y cierran cuentas y apps cuando se incumple.
Y claro, con la polémica encima de la mesa, ahora todos quieren lavarse las manos. Facebook niega su implicación en la operación Prisma, pero no parece que realmente haya motivos válidos para creer que esto sea cierto, y parece más una excusa de mal pagador que una verdad que se pueda demostrar. Más aún cuando Obama ha reconocido que bueno, acceso a los datos hay, y hasta no le parece tan grave.
Como dije en otras ocasiones, si Facebook, Twitter y compañía pueden servir para perseguir a los verdaderos delincuentes, me parece estupendo, siempre y cuando se recoja dicha cláusula en las políticas de privacidad. Otra cosa es que esa operación Prisma, como todos nos tememos no haya servido para eso, sino para conservar intereses políticos de muchos ante secretos que puedan desvelarse como ocurre en WiKileaks y Annonymous. Por no hablar de que los social media han sido los protagonistas en la Primavera Árabe. Si se usa para censurar y evitar que puedan caer régimenes que impiden la democracia, entonces aquí cada cual tendrá que responder a sus usuarios. Incluido Facebook.
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