Son muchas las personas que día tras día no dudan en publicar en Internet fotografías, información o vídeos de sus hijos para que todo el mundo puede ver como van evolucionando. Este fenómeno se ha bautizado con el nombre de sharenting, un término formado por share (compartir) y parenting (paternidad).
Según el último estudio realizado por EU Kids Online 2019, se observa como el 89% de los padres españoles comparten información de sus hijos una vez al mes, más o menos. Este tipo de publicaciones, está generando una huella digital a los pequeños, incluso mucho antes de nacer.
Riesgos del ‘sharenting’
El hecho de que esos menores cuenten con un “álbum digital” de sus vivencias más anecdóticas, puede ser positivo a la vez que negativo. Y es que Internet entraña riesgos de los que muchas veces no se es consciente, ya que en el momento en el que se publica o envía contenido se deja de tener el control de su alcance.
Entre los riesgos más habituales están ser víctimas de fraudes, ciberbullying e, incluso, pedofilia. También, esta información, puede suponer una falta de confianza en los menores ya que se le va arrebatando su privacidad. De hecho, un 42% de los menores sienten vergüenza de lo que sus padres suben a la red.
A nivel europeo existe ya una gran cantidad de sentencias que obligan a las familias a eliminar fotografías de sus hijos publicadas en la red. En países como Francia, existen sanciones que van desde los 45.000€ de multa hasta 1 año de cárcel por la publicación de imágenes o detalles íntimos de la vida de sus hijos. Sin embargo, en España, la decisión de colgar una foto de sus hijos a una red pertenece a la esfera de la patria potestad, es decir, la publicación tiene como presupuesto el consentimiento de los representantes legales de los menores o del Ministerio Fiscal.
Desde Qustodio , plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, recomiendan proteger la privacidad de los menores y tener una mayor responsabilidad digital a través de estos consejos:
- Preservar la intimidad de los menores: es importante no dar datos personales en las publicaciones para respetar la privacidad del menor, así como pixelar la cara del mismo y que siempre salga vestido.
- Mantener una comunicación abierta: para evitar problemas e inseguridades es importante que exista una buena comunicación con los menores y consensuar antes de publicar o enviar.
- Ajustes de privacidad: es fundamental comprobar la privacidad de las plataformas en las que se tiene actividad para saber si las publicaciones son visibles para todo el público o simplemente para familiares y amigos. Lo ideal sería limitar el acceso y optar por un perfil privado en estos casos.
- Ubicación y geolocalización: cuando una foto se publica y se añade una dirección exacta de donde se encuentra el menor -el colegio donde estudia, el domicilio o el lugar de vacaciones- se están aportando datos que podrían poner en riesgo la seguridad del menor.