De mensajes automáticos molestos a voces clonadas por inteligencia artificial que suplantan a tus seres queridos: las llamadas automáticas han evolucionado en silencio hasta convertirse en una amenaza real. ¿Sabes cómo protegerte?


Una voz te dice que has ganado un premio. Otra, que puedes ahorrar en la factura de la luz. A veces no escuchas nada. Otras veces reconoces —con el corazón encogido— la voz de tu hija pidiendo ayuda urgente. Pero no es ella. Y lo que acaba de sonar en tu móvil no es una simple llamada: es una robollamada, una de las millones que se envían cada día en España desde sistemas automáticos, muchas veces desde fuera del país, y con fines muy distintos… casi nunca inocentes.

Si el spam en los correos electrónicos fue el enemigo silencioso de principios de siglo, las robollamadas son el nuevo ruido digital del presente. Pero más allá de lo molesto, lo que empieza a preocupar a expertos y usuarios es su potencial para el fraude, la manipulación emocional y el robo de datos sensibles.


¿Qué son las robollamadas?

Son llamadas telefónicas generadas automáticamente mediante software. En vez de hablar con una persona real, el usuario escucha un mensaje grabado, una voz generada por IA o incluso una conversación preprogramada que simula interacciones humanas.

Estas llamadas pueden tener objetivos legítimos —como recordatorios médicos o avisos de servicios contratados—, pero en su inmensa mayoría hoy se usan para campañas comerciales agresivas, recopilación de datos personales o directamente para estafas.


Del telemarketing a la inteligencia artificial: una evolución alarmante

Hasta hace poco, las robollamadas eran poco más que una molestia repetitiva. Pero el avance de la inteligencia artificial lo ha cambiado todo:

  • Clonación de voces familiares, usadas para simular emergencias y pedir dinero.
  • Respuestas automáticas realistas que mantienen una conversación y ganan tu confianza.
  • Llamadas en silencio, que simplemente verifican si un número está activo para luego bombardearlo con campañas.
  • Números falsificados que imitan prefijos locales o incluso contactos de tu agenda (técnica conocida como spoofing).

Según datos recientes de asociaciones de consumidores y operadores móviles, las robollamadas se han disparado un 62 % en los últimos 12 meses. Y lo preocupante no es solo la cantidad, sino su capacidad para engañar incluso a usuarios con experiencia digital.


“Era la voz de mi hijo… pero no era él”

Las historias se repiten con distintos nombres.

Álvaro, un padre de 54 años, relata: “Me llamaron al móvil. Era la voz de mi hijo, llorando. Decía que lo habían detenido y necesitaba que le hiciera una transferencia. Estuve a punto de hacerlo, pero decidí llamar al número real de mi hijo antes. Estaba en casa, tranquilo. Fue una voz clonada. Me quedé helado”.

Este tipo de estafa, conocida como vishing emocional con IA, aprovecha audios públicos (de redes sociales, por ejemplo) para clonar una voz en segundos y lanzar llamadas masivas con mensajes manipuladores.


¿Por qué siguen ocurriendo? ¿No se pueden bloquear?

Aunque la legislación española prohíbe las llamadas no consentidas con fines comerciales, las robollamadas más peligrosas provienen de redes criminales internacionales que utilizan servidores fuera de la UE, cambian constantemente de número y enmascaran su origen.

Además, muchas de estas llamadas duran menos de 30 segundos, son difíciles de rastrear y aprovechan lagunas técnicas y legales para esquivar los controles.

El problema es que las robollamadas ya no son solo una molestia: son un canal de ataque activo.


¿Qué buscan los estafadores?

El objetivo puede variar:

  • Extraer datos personales: nombre, DNI, dirección, datos bancarios.
  • Solicitar pagos falsos: usando emergencias simuladas o promesas de premios.
  • Instalar software malicioso: mediante enlaces enviados tras una llamada.
  • Validar números activos para futuras campañas de spam o phishing.

En todos los casos, el mecanismo es el mismo: ganar tu confianza o generarte una urgencia para que no pienses demasiado antes de actuar.


Cómo protegerte: consejos claros para evitar caer

No respondas a números desconocidos. Si lo haces y escuchas silencio o un mensaje grabado: cuelga sin dudar.

Nunca pulses teclas, digas “sí” ni confirmes información durante llamadas dudosas. Algunas robollamadas se graban para manipular respuestas y usarlas contra ti.

Verifica cualquier mensaje alarmante (accidentes, detenciones, robos) llamando directamente al familiar o entidad implicada por otros canales.

No sigas enlaces enviados tras una llamada sospechosa. Borra el mensaje y repórtalo.

Activa filtros de llamadas y usa apps de bloqueo, como Truecaller o Hiya, o los sistemas de protección de tu operadora.

Apúntate a la Lista Robinson para reducir llamadas comerciales si no has dado tu consentimiento.


¿Qué hacer si ya has caído?

  1. Contacta con tu banco o entidad afectada para bloquear posibles pagos o accesos.
  2. Denuncia ante la Policía Nacional o la Guardia Civil.
  3. Informa a INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) o a la OSI (Oficina de Seguridad del Internauta).
  4. Revisa tus dispositivos si has hecho clic en enlaces sospechosos o instalado apps tras una llamada.

Conclusión: el teléfono ya no es un lugar seguro… pero puedes recuperar el control

En un mundo cada vez más conectado, la desinformación y la ingeniería social se han convertido en armas poderosas. Las robollamadas son solo el último disfraz de una amenaza que evoluciona a la misma velocidad que la tecnología.

La clave está en recuperar el hábito de la duda, aprender a detectar señales de alerta y proteger nuestro entorno más cercano, especialmente personas mayores o vulnerables digitalmente.

Porque al final, el mejor cortafuegos sigue siendo una mente crítica.


🛑 Si no estás seguro de quién te llama… no contestes. No confirmes. No confíes sin verificar. Tu tranquilidad vale más que una llamada inesperada.

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