Ayer saltaron todas las alarmas. Y lo hicieron en Twitter por el hecho de que hubo una filtración de contraseñas que luego además desemboco en cambios no autorizados de los pin de acceso de algunos usuarios. Y mientras el tema era trending topic en medio mundo, casi todos nos metimos corriendo a la red de microblogging a ver si nos había pasado a nosotros. Lógicamente los que vimos que estábamos a salvo no le dimos más importancia, pero hoy toca ver cómo ha gestionado Twitter el problema.
En realidad, teniendo en cuenta que el problema se generó ayer y que al final no se habían filtrado los datos de los propios usuarios, si no que simplemente a algunos por error se les cambió la contraseña, el anuncio hecho hoy por Twitter de notificarle mediante mail a cada uno de los que podrían estar afectados nos parece correcto.
Y aunque por un lado los usuarios que lo hayan vivido encontrarán una respuesta en las comunicaciones de Twitter, quizás para ser una respuesta ideal a la crisis haya faltado una comunicación más eficaz. Es decir explicar a todos qué ha pasado más rápido y tranquilizar los ánimos que estaban por las nubes. Aún así, no lo han hecho mal del todo.