Volvemos a hablar de las redes sociales y su capacidad para influenciar los rumbos de las personas o de las empresas. En este caso nos centraremos en algunos mensajes lamentables de empresas que han tenido que salir a pedir disculpas por alguna campaña o mensaje promovido desde las redes sociales.
La cadena de pizzerías 50 Friends y el grupo JPMorgan Chase & Co son dos de los casos más emblemáticos y recientes de este tipo de prácticas. Las redes sociales habilitan el contacto directo con millones de usuarios, pero también pueden exponer debilidades e ideas que no son las que abiertamente defiende una empresa. ¿Qué paso en estos casos?
La pizzería y los asesinatos de estudiantes en México
La cadena de pizzerías condenó en un comunicado el lamentable mensaje publicado desde el Twitter de la empresa y vinculado al caso de asesinato de 43 jóvenes en el país del norte de América.
El mensaje decía “#AccionGlobalporAyotzinapa ustedes esperan a sus hijos, nosotros esperamos llevar comida a los nuestros, dejen de cerrarnos negocios…” La empresa tuvo que salir a disculparse públicamente ante semejante atrocidad, diciendo que la gerenta de esa sucursal le dio la clave de Twitter a un cajero por error. Una vergüenza.
El error de JPMorgan Chase & Co
Pensaron que era una jugada inteligente para mostrarse cerca del público, el 13 de noviembre de 2013 la cuenta de Twitter anunció que el vicepresidente de la empresa, Jimmy Lee, respondería las dudas de los usuarios a través del hashtag #AskJPM.
La buena intención terminó convirtiéndose en una oportunidad para que llovieran críticas a esta empresa de especuladores financieros que son responsables de varias de las crisis económicas nacionales. Uno de los tantos mensajes de Twitter decía:
“¿Tenían un número específico de vidas de personas que necesitaban arruinar antes de considerar exitoso su modelo de negocio?”
Otros tuits hacían especulaciones con las denuncias contra el banco. En definitiva, como herramienta para acercarse a la sociedad Twitter funcionó a la perfección, lamentablemente para JPMorgan el odio de la gente no descansa.