Tinder es una aplicación para concertar citas con personas a las que puedes conocer a través de las imágenes que presentan. La aplicación solamente establece un chat entre ambas cuando las dos han confirmado que se gustan, de esa forma te ahorras un mal trago. Sin embargo el gran crecimiento de la app nos lleva a analizar una de las grandes verdades sobre las citas en la actualidad: todo entra por los ojos en esta red social de citas.
Por más que haya quienes defiendan el romanticismo y la belleza interior, lo que demuestra Tinder es que para tener una salida casual con alguien lo más importante es que lo mostramos externamente. Una buena foto con iluminación adecuada, con ropa adecuada y mostrando parte de nuestra personalidad es la clave para obtener una cita gracias a apps como Tinder.
¿Por qué Tinder triunfa donde otros servicios de citas no?
Tinder no es la primera aplicación para concertar citas con personas que conocemos en Internet. Antes están OKCupid, Match.com y eHarmony que llevan bastante tiempo en el mercado. Sin embargo estas apps no le llegan a los talones a los 50 millones de usuarios activos de Tinder.
A diferencia de las redes sociales y servicios que proponen algoritmos para encontrar el verdadero amor (algo que por otra parte es totalmente falso), lo que hace Tinder es trabajar con la imagen. El objetivo es que las personas se agraden entre sí a nivel externo, luego cuando se conozcan podrán elegir si son compatibles o no, pero por lo menos intentarán tener la cita basándose en una imagen externa que les sea agradable.
En Tinder conocer gente no tiene que ver con llenar formularios y responder preguntas, se trata de gustarle o no a alguien y empezar a charlar y ver que puntos en común hay. Quizás por esa razón la herramienta ha tenido tanto éxito.