Si hay algo claro que nos ha mostrado la crisis causada por el Covid, es que la brecha digital sigue estando muy presente en nuestro país. Esta brecha es aún mayo en las zonas rurales donde la conexión a Internet no llega con la calidad deseada. Esto ha traído consigo el incumplimiento de los objetivos marcados en la Agenda Digital de hace 10 años.
Esta es una de las principales conclusiones de la tesis DBA de José Antonio López, CEO de lyntia, titulada “El impacto de la Agenda Digital en la España Rural” (programa DBA -Doctorateof Business Administration- in Management and Technology).Con más de 30 años de experiencia profesional en el sector de las telecomunicaciones, el objetivo del Consejero Delegado de lyntiacon su investigación ha sido determinar si la ADpE ha servido realmente para progresar y adecuar España al mundo digital, si lo ha hecho sin brechas geográficas y, por tanto, con igualdad de oportunidades para todos los españoles, en particular los residentes en zonas rurales, y en especial durante los meses de confinamiento.
Para ello, ha analizado cuál ha sido el efecto de las medidas aprobadas por Europa y desplegadas entre 2014 y 2020 en las poblaciones españolas de menos de 2.000 habitantes. Una de las principales conclusiones del estudio es que la conectividad a velocidad de 30Mbps es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los usuarios, siendo precisamente los más afectadoslas poblaciones residentes en esa parte de la geografía.
Sin embargo, las poblaciones que cuentan con conectividades a velocidad de 100 Mbps consiguen elevar su renta media un 1,4% en comparación con las que no la disfrutan, así como las afiliaciones a la Seguridad Social en un 3,1%, y una reducción de la tasa de paro en un 0,7%. Asimismo, se ha conseguido revertir la despoblación de la España rural con un incremento del 1,9% de la población respecto a las que cuentan con una conectividad de menos velocidad.
Estos resultados no se consiguenen poblaciones con una conectividad de 30Mbps: “La conectividad a 100 Mbps cambia la realidad de esas poblaciones, consigue relanzar económicamente las mismas como buscaba Europa, revierte en muchos de ellos el éxodo poblacional y por tanto debería ser una prioridad, siguiendo los planes de Europa, llegar a todas ellas. Desde el punto de vista socioeconómico, el objetivo fijado por la ADpE de dar cobertura universal a 30 Mbps no han sido suficientes. Para haber conseguido los objetivos de transformación digital social y evitar la brecha digital hubiera sido preciso alcanzar los 100 Mbps para toda la ciudadanía”.
Como señala José Antonio López, “con los 100 Mbps, por fin llegó el vídeo a los entornos rurales”. Porque con los 100 Mbps, los parámetros de negocio de los operadores mejoran notablemente, de forma muy destacada en los hogares que contratan servicios de televisión y contenidos, pero también en cuanto número de clientes totales y de banda ancha fija, y se consiguen incrementos notables de ARPU (ingreso que se logra por cada usuario).
A pesar de que hay más fibra en la España rural que en la Europa urbana, de que hay más fibra en Ávila, Cuenca, Orense, Zamora o Gerona que en Londres, Milán o Frankfurt, como señala el CEO de lyntia: “todavía nos queda el reto de llegar a todo el país con conectividad de alta velocidad”.
El confinamiento derivado del Covid-19 ha llevado toda esta situación al extremo en los entornos con una menor conectividad, que han sufrido importantes carencias en las necesidades digitales básicas. El estudio de José Antonio López acredita que las personas confinadas que han disfrutado de 100 Mbps han podido afrontar la inmersión en digitalización que ha supuesto la pandemia mientras que las que solo han podido disfrutar de velocidades de conexión de 30 Mbps han sufrido una brecha digital muy relevante que no les ha permitido utilizar al nivel de lo que han necesitado en línea con el resto de la ciudadanía española, incrementando, para compensar ese déficit, el consumo de datos móviles. Asimismo, esta situación de carencia y necesidad ha generado un aumento de llamadas con reclamaciones y declarando averías para intentar paliar la situación.
El CEO de lyntiareconoce en su investigación que España es superior a la media europea y ha escalado notablemente posiciones desde el inicio de la aprobación de la Agenda, ocupando, en cuanto a conectividad, una de las posiciones más destacadas con una puntuación de 60,8 en comparación con los 50,1 de media en la Unión Europea. Esto se debe al importante despliegue de banda ancha fija de al menos 100 Mbps, donde casi se duplica la media europea de porcentaje de hogares.
Sin embargo, este dato positivo contrasta con la realidad del entorno rural donde la situación ha sido muy diferente en términos de disponibilidad de conectividad, puesto que hay una gran parte del territorio nacional que no ha sido incluido en los objetivos de cobertura universal de la ADpE. El Gobierno de España reconoce que hay entre 800.000 y 1.400.000 habitantes con conectividades de sólo 30 Mbps (documento Componente 15: Conectividad digital, impulso de la ciberseguridad y despliegue del 5G), e informes adicionales presentados en la investigación mencionan que aún existen casi 6.000 entidades singulares de población sin llegar a ella, donde residen casi 200.000 personas.